Confié en gente que al fin y al cabo me decepcionó. Y he llorado tanto hasta que se me gastaron las lagrimas. Escuchando críticas, tan absurdas pero que te hieren hasta el punto de matarte. Y sí, he aprendido algo, y es que hay que seguir adelante con una sonrisa, porque dependemos de nosotros mismo no de los demás, porque somos iguales por dentro que por fuera. Y nunca hay que permitir que esas personas que han hecho todo lo posible para intentar derrumbarte, lo consigan. La vida se basa en andar, a veces te caes porque tropiezas con obstaculos, pero lo increible es levantarse aunque te duela.