Dos manos,
una mece mi cintura,
la otra encierra mi mano.
Mi aliento besa tu cuello,
mi cuerpo siente tu tacto,
mezcla de conocimiento y anónimato,
de tensión y suavidad,
nada podrá compararse con un tango a tu lado.
Al tango, que tanto me ha dado. Me hizo conocer la indescriptible sensación de coincidir. De comunicarse desde otros sentidos. Nada que nos haga comunicarnos puede ser malo!
Suerte!:)
El baile muchas veces lleva a la digitalización de los pensamientos. En tu caso lo has conseguido. ¡Que viva el tango y el bandoneón!
Hermoso poema.
Un saludo.