Entonces se oye la plaga, el hombre-plaga, una nube negra que petrifica los cielos en una orquesta de cascabeles rojos. Su fe se proyecta, cual espada de un rey ciego, por debajo de la Tierra, por debajo del Sol.
El hombre-plaga es lumbre de nuevas eras, el aleteo combustioso de una mano castigando a la otra, es una ley como muro blanco que divide al cielo en una verdad y una falsedad.
El hombre-plaga viene por el Arboris Sapiens. Supo de su existencia, porque un eco de raices se lo comento si querer. El hombre-plaga ya llega, girando como un tornillo en picada, apuñalando los asombros de quienes lo ven venir.
La mancha es un cilindro tenebroso, dentro suyo hay una tormenta de muertes chocando unas con otras.
La mancha se abre como un embudo tragando aire.
La mancha agita sus alas millonesimas, retrae sus millonesimas patas, toma velocidad giratoria. Entonces el Arboris Sapiens se ve reflejado miles de veces en un par de ojos compuestos.
Jamas se habia visto el rostro. Piensa en lo hermoso que hubiese sido en primavera.
Parece laurel quemado para fertilizante vuestro. Qué cosas (!)
Abrí la persiana.
Saludiños (:
Me están saliendo ramas Barandica.
Cuanto tiempo.
Me alegro mucho de leerte.
Un abrazo.
Nos leemos ¿No?