Cuando se acabe el invierno
y el aire nos traiga aromas
de pino y romero
tal vez llegará ese tiempo
que tanto añoro y
puedas sentir que te quiero.
Cuando el mundo
sea de nuevo en colores
y las noches no sean heladas,
he de encontrar la manera
de que te prepares y
aceptes mi llegada.
Cuando la luna se
vista a la orilla del río
y los amaneceres sean
despertar de deseos dormidos,
entonces te pediré que
me dejes quererte con
la inocencia de un niño
Precioso guapa...luna y rio, buena formula. Saludos