Te llevo prendido en mis ojos
como el recién nacido cuando
las hadas le cosen al pecho
con puntadas de plata su destino.
Estás soldado a mi vida
como al corazón el latido
y eres la luz que me guía,
quien me abre la puerta
para que pase de la más honda
tristeza a la franca alegría.
No me hagas daño ahora
que sabes que como un pájaro
que aletea mi alma se mueve
entre tus manos, y mi
vida pende tan solo del
hilo que me separa del tiempo,
cuando los minutos se
pueden convertir en años