Ese hijo que no ha nacido
o tal vez lo ha hecho y no
lo hemos sentido,
me llena de esperanza,
hace que sienta que no
todo está perdido.
Le he visto en mis sueños,
en mi sangre le he sentido
y con sus manos de ángel
a ti más aún me ha unido.
En ese viaje de vuelta
sus ojos de nuevo he visto,
he sentido en mi mejilla
sus labios y en su caricia
mi amor, a ti mismo,
muy dentro, te he sentido.
Y es por eso que cada vez
que veo en el cielo
una estrella,
su luz me recuerda que
por él y por ti yo existo.
Bueno... Llega muy, muy sentido. Siempre es un placer pasarme a leerrte
Un beso
Antonio