Que se paren los relojes
y el tiempo acalle
un minuto nuestro ánimo.
Tiéndete a mi lado,
deja que llegue el sueño
y se convierta en nuestro amo.
Con mi cabeza en tu hombro
me llega el necesario descanso,
y entonces recuerdo
lo que pensaba olvidado:
un mundo de cristal
donde nada puedan el
miedo ni el daño;
tu boca en mi pelo
y un deseo de flores
azules que conservaré
para el próximo verano.
Entre tantas cosas que tenemos en comun, el azul...se lleva el premio, y entre tu azul y mi relog....podemos disfrutar en pleno. Muy bello. Saluditos amiga.