Las Islas, la novela de Carlos Gamerro, pinta en un grotesco a la Logia san Ceferino y su accionar en pos de sus objetivos. Entiéndase bien, en esta partida de ajedrez, Inglaterra y Francia juegan con las blancas y atacan, La Logia defiende con las negras. El tablero es la Creación de Dios.
Que la ocupación inglesa de las Islas no es sino una escala para conquistar Patagonia primero y Antártida después, es evidente, pero no podemos culpar a La Logia por no explicitar claramente sus objetivos en el Boletín Oficial del Reino de Patagonia. En primer lugar porque tal boletín oficial no existe. En segundo lugar porque las logias secretas no hacen esas cosas.
Resulta hipócrita que la monarquía inglesa haya propiciado la difusión de ideas republicanas en Sudamérica. Resulta hipócrita que la Francia revolucionaria pretenda instaurar monarquías en América.
Y ¿por qué entonces la logia SCf impulsaría a través de La Iglesia entronizar un rey en Patagonia?
Porque La Iglesia es administradora de la Creación de Dios por ser su destinataria.
Porque La Iglesia puede coronar reyes pero no presidentes.
Porque La Iglesia ya se ha expedido a través de Alejandro VI.
Porque así pone en evidencia las injustificadas aspiraciones a la corona de los pretendientes franceses como las de la corona inglesa a ejercer una potestad que no les ha sido concedida.
Porque sólo La Iglesia puede ungir reyes legítimos, y así lo ha hecho en don Astolfo, Rey de Patagonia por la Gracia de Dios.
Sor María Ceferina.
Londres, 33 de febrero de 2056.
