Entre la ambiguedad y el doble sentido,
guardo una caricia espectante,
impaciente, inquieta,
deseando precipitarse por tu piel.
Entre la distancia y el deseo,
contengo mis latidos,
quien sabe si un día me harán falta,
y necesiten acelerar un corazón que no descanza.
Entre la picardía y tu sonrisa,
he construido un puente,
con columnas de verdades,
y verbos de concreto que dibujan las vías.
ya no hay vientos que soplen que me aparten del aroma de tu pelo,
Ya no cabes ni entre el espacio de mis neuronas,
ya te conozco y para mi goce,
no puedo dejar de leerte.
Ya me ganaste,
ya me tienes,
ahora como jueza de corte,
dicta sentencia,
Ahora como niña pequeña,
sueña despierta,
ahora como mujer que eres
has lo que sientas,
porque ya yo soy tuyo,
para que me tengas.