- No llores, por favor. -la cobertura no era la mejor, pero se notaba su angustia en cada sílaba. No halló respuesta, sabía que era incapaz de articular sonido alguno, esperó. – Sabes que no puedo verte así, si tú estás mal yo también…

- No, enserio, estoy bien. – trató de sonar convincente, no lo logró, él la conocía demasiado bien.

- Hazme caso, duerme…mañana te recogeré en tu casa, ¿vale? –pretendía ser natural.

- Vale –él se empezó a despedir cuando ella le interrumpió- Gracias, no sé que habría hecho sin ti…

- No me las tienes que dar, de veras, descansa. Te quiero.

- Y yo, hasta mañana –se quedó dormida al momento en que la pantalla del móvil se oscureció, siempre la pasaba lo mismo cuando hablaba con él, la adormilaba, la transmitía una calma que siempre la venía bien, y más en aquellos momentos.

A la mañana siguiente la despertó su padre, pensó que el despertador se habría averiado e intentó darse un poco más de prisa, pero al entrar en la cocina no se veía luz de ningún tipo, subió la persiana, las farolas todavía seguían encendidas…no podía ser.

Se dio la vuelta y vio una figura apoyada en la puerta, era él.

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3 Comentarios

• 

  Abyssos

  Que suspenso dejas...
  
  Nos vemos.

  13/06/08 06:06

• 

  Polaris

  Siempre ?l.
  Es precioso.
  Pol.

  17/06/08 06:06

• 

  Flor

  Euuuu que escrito mas raro.... creo que me gusto =)

  05/10/08 10:10