Callan los verbos, mientras muere
la cándida expresión del sentimiento.
Nada detiene la erosión del tiempo:
ni el recuerdo, ni el olvido, ni el ensueño ...
Dicen que todo pasa y todo permanece,
mas pienso que a veces sucede
que se apaga el trascurrir del Siendo
cuando habiendo sido, ya no acontece,
y se siente el devenir finito y extraño.
Perpetua la contienda entre las huestes
que fraguan esencias de soles y lunas:
en la cuna de la Rosa se gesta ya su muerte.
En el poeta muerto, el Verso trasciende.
En el silencio del vivo, la Poesía perece.