La luna ha dañado mis ojos
y encandiló mi corazón
tras el huracán meridional,
pues mirando al cielo luego
el viento amargo despejó de pronto.
Así que no supe que hacer
frente a esta nueva sensación
de una realidad con nombre de mujer.
He caminado por parajes desconocidos,
que sentía solamente por otros sentidos,
y en aquella razón me sentí solo
pues el mundo se iba sin mí,
era el fin de los días de penas,
aunque no me apartase de la vía
en la que la encontré aquel día cruel.
Hoy me he resignado al destino
que me humilla como a un pobre ser,
cobarde frente a esa luna hermosa,
que cada noche invoco al canto de luz,
a una oscuridad despreciante por mi.
Contemplo con ira y pasión,
lo que jamás nunca haré
cuando al ocaso aparezca ella.
As? que no supe que hacer
frente a esta nueva sensaci?n
de una realidad con nombre de mujer.
*
Siempre andamos llenos de dudas Dantes.
Pero es un buen texto el tuyo.