Ayer, hurgando en un viejo baúl debajo de mi cama, lleno de fotografías de hace años, del año pasado y del otro también, te encontré.
Pero no solo a ti. También a otras personas que echo de menos. Que estuvieron, que ya no están, que se fueron sin decir adiós, vuelvo pronto. O adiós, no pienso volver jamás.
Se fueron y ya está. Y tú... tú te fuiste con una excusa absurda que aún no logro comprender.
Es curioso cómo puedo darte tanta importancia. Más de la que debería, incluso.
Es curioso echarte más de menos a ti que a todas aquellas personas con las que conviví más años que contigo. Pero es así y punto. No voy a darle más vueltas.
Quizá sea porque tú eres la única que me sigue queriendo. La única que aún me guarda en su corazón. O no. No lo sé. Te quiero y ya está.