A veces la cosa más tonta, es la más dificil de explicar. La más insignificante, puede ser la más imposible de olvidar. Lo más pequeño, puede ser lo más fácil de ver. Y esto, lo más tonto, lo más insignificante, y lo más pequeño, es lo que más me duele. Por lo que lloro cada noche, y lo que me quita las ganas de vivir.
Ojalá algún día te rompan en pedazos.