Oyes el canto de madrugada, aquel que roe los cielos.... oyes?
No ves que soy ave que sobrevuela el mar a ciegas...
O soy marinero que a la mar no se entrega...
Vamos, no seas pez nocturno y vació de ocaso...
Si aún no despierto, juega a mover las aguas,
solo cuida que las olas no mojen mis pies...
Sabes, he viajado tanto que puertas ya no guardan mi casa;
así que cuando me busques, recuerda que estaré en todas partes...
Me gustó la parte final del poema.
Es sincera y tiene fuerza.
Un abrazo