Ver a un niño correr,
cojido de la mano de una linda niñuca,
expresando su alegría y felicidad
hace que uno se emocione y añore su infancia.
La sonrisa de un niño puede con todo lo demás,
yo daría mi vida por ver a todos las criaturas reir,
pues mi corazón quedaría repleto de júbilo,
y mi misión aquí habría concluido.
Pero cuando enciendo la televisión
y veo a esos pobres chicos,
agonizando de hambre,
con facciones de aflicción y amargura en su lindos pero sucios rostros,
el alma se me desvanece,
con ganas de gritar me avengo.
Prometo hacer todo lo que esté en mi mano,
para socorrer y ayudar a estas infortunadas y necesitadas personas,
que podrían estar comiendo tierra del suelo,
mientras que nosotros estamos derramando nuestra agua
y derrochando nuestra comida,
mientras que miles de seres humanos en la tierra,
precisan de nuestra ayuda.
SOLO SE OYE UNA PALABRA EN TIERRA DE LOS DESAMPARADOS....MUERTE MUERTE MUERTE
Apoyo tu postura querido amigo... A mi también se me cae el alma al suelo cuando veo la tristeza en sus rostros, agonizando entre sollozos, dolientes de sus heridas, por el amor de Dios también son personas al igual que nosotros, no existe desigualdad y si algún descorazonado opina lo mismo que se lleve las manos al corazón, todos sentimos el latir, todos somos iguales...Gran comentario Diez, brinda la esperanza a los desamparados
Pronto resonara otra palabra en Tierra de los desamparados, Vida Vida Vida.
Un saludo enorme.