Onírico
Navegando en el mar de los sueños
he pescado tu recuerdo,
tan sombrío, tan vacío,
tan inerte como un cuerpo muerto.
Lo contemplo e insignificante se ha convertido para mí tu partida,
por culpa tuya has muerto 2 veces producto de la cobardía.
A la deriva hoy viajo bajo una espesa niebla,
es eterna tu tiniebla,
pero ya no eterna mi tristeza.
Frío y agobiante es el aire que esta noche me arropa
por la incertidumbre que tu necedad poco a poco me destroza.
He tirado tu recuerdo
nuevamente a donde pertenece,
a ese gélido abismo y en lo profundo se desvanece.
Una pena de cristal recorre mi mejilla gris,
sellando de una vez por todas, tu infierno para yo por fin de nuevo ser feliz.