Te escurriste como arena entre los dedos dejando un desierto estéril donde morir. Camino por tus huellas buscándonos pero te veo como aquel espejismo inalcanzable.
Me abandono a la sed de no tenerte y por las noches siempre cerradas el viento trae tu nombre congelando mi cuerpo inútil y cansado.
La piel agrietada no encuentra alivio al dolor de tu ausencia y el alma se esconde dentro del más alejado recuerdo contigo.
Y despierto olvidando cada día un poco
aunque no parezca.
siempre olvido,
a como te odio
olvido hiriente.
buen texto, me gusta como de alguna manero lo recuerdas...
y como puede transormarse en insignificante.
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