Enarbolando tu nombre te llevo como marca de guerra.
En mis venas tu llanto se vuelve impulso para este corazón excitado.
A lo lejos el viento trae tu grito presagiando una lucha feroz e implacable.
Cuando el tambor estalle y solo se escuche el silencio en la explanada todo habrá terminado.
Y cuando algo termina un nuevo comienzo empieza a mover las piezas nuevamente.
profundo, intenso, casi se podía palpar el ambiente, buenos versos, un saludo.