De caricias hondas sobre mi alma
que nunca llegaron
tengo el cuerpo cansado
y bajo la sombra
del árbol infinito
presiento tiritar de frío al sol.
Mañana será otro día
y otra mujer convocará mi canto.
Mientras tanto
me une ese misterio de saberla nacida
nacida y callada
como este mismo llanto.
Fabio, seguramente ya lo he escrito para tí, me encanta la manera que tienes de escribir, este poema apurado hace que lo lea sin apuros, pausado imaginando tiritar de frío al sol... qué misterio! no tardará mucho.
HOMBRE!!! MUY BONITO!!!