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Cuentos de Terror

Benjamín:

Hace mucho, mucho tiempo, en un castillo, había una niña vampiro que salía a buscar gente cualquiera y las encerraba en juegos macabros de vida o muerte.
Una noche encerró a una chica y a un chico, les explico todo y les dijo que si pasaban las cinco pruebas de los dos niveles la podrían matar y acabar todo, también les dijo que si se rendían les pondría su máscara que les apretaría su cara y caerían chorros de sangre.
Los chicos dispuestos a intentar pasar las pruebas, comenzaron. En la primera habitación había que pasar las trampas, había bolas con picos llenos de sangre balanceándose y con pinchos llenos de cadáveres. Los chicos los utilizaron como para protegerse los pies y pasaron cuando ambas bolas se habían balanceado hacia los costados. En el segundo nivel las paredes estaban cubiertas de pinchos y había que seguir el patrón. A la mitad la chica se equivocó y las paredes comenzaron a cerrarse. Fueron corriendo y llegaron por un pelo.
Estaban en la tercera prueba y tenían que pasar corriendo: todo lo que pisaran se caería a la lava.
Ambos fueron corriendo con todo, en el final el chico se cayó pero... La chica lo logró agarrar a centímetros de la lava y lo salvó. En la cuarta prueba se durmieron con un gas y despertaron en una mesa, atados, tenían treinta segundos para liberarse o sino un láser los partiría a la mitad. Estos pensaron en lo mismo, levantarían la mesa con la espalda, y harían que el láser cortara la soga. Luego, pasaron a un cuarto lleno de armas y escudos: ambos se armaron, pasaron a la habitación y había un muñeco maldito con un machete en la mano. Los atacó a lo kamikaze. Los chicos se defendieron y pasaron al nivel dos.
La primera habitación era muy fácil, era un "Simón Dice", si perdían la vampiresa les ponía su máscara en la cara. Sin dificultades lograron pasarla.
La segunda habitación estaba llena de espejos malditos, tenían diez segundos para memorizarse dónde estaba la puerta porque si se veían al espejo su reflejo saldría y los mataría. Los chicos estuvieron treinta minutos buscando la puerta y la encontraron. En la tercera habitación había una piedra inmensa y tres placas que tenían que mover. La piedra que las rodeaba era imposible de mover, entonces se les ocurrió un plan. El chico dijo que el primero iba a intentarlo. Los chicos se pasaron las placas y abrieron las puertas. Le dijeron a la vampiresa que no se rendían.
La cuarta habitación era una prueba de velocidad, tenían que dar cinco vueltas en cinco minutos. Lo lograron en cuatro minutos y treinta segundos.
En la habitación final. Cuando entraron se durmieron por un gas y despertaron en una cama con un collar en el cuello. La chica despertó y la vampiresa dijo que si se levantaban con el collar activo la habitación se calentaría hasta que movieran a la chica. Lo logró desactivar y el chico sin saber nada se despertó y se levantó. La chica logró escapar pero el chico no. Esta logró pasar y matar a la vampiresa. De repente todas las personas que habían muerto aparecieron vivas gracias a ella. Así lograron escapar y deshacerse de la vampiresa por siempre.

Facundo:

Hace tiempo bajo una noche oscura, Juan estaba acampando con su padre en un bosque solitario, y siendo casi media noche ambos se fueron a dormir. Por medio de un extraño ladrido y un grito a lo lejos , Juan despertó, pero, gracias al viento y a la niebla que había allí no se veía nada. De repente, la mochila de su padre vibró, al abrirla, estaba vacía, excepto por un celular con una imagen de un fantasma que a cada minuto se movía dando mensajes siniestros y con voz macabra.
Juan encontró una linterna en el suelo y un sweater con una nota pegada que decía: "buena suerte... al entrar a este bosque no sabes lo que encontrarás". Juan aterrado, se puso el sweater, agarro la linterna y con ella pudo ver detrás de la niebla.
Luego de caminar durante cinco minutos se volvió a escuchar ese molesto ladrido que ya se había repetido como cinco veces anteriormente, y el volumen del fantasma del celular aumentaba cada vez más, pero esta vez poniendo música de un ambiente oscuro lleno de desesperación. Juan se aterraba cada vez más. Ya cansado de la caminata, se tiró al suelo, haciendo crujir varias ramas. Un par de ojos rojos se colocaron frente a él, cuando prendió la linterna para ver qué era, ¡un perro fantasma estaba observándolo!, Juan se levantó y corrió lo más rápido que pudo, mientras que más perros le perseguían y se escuchaban más mensajes del celular siniestro.
Casi regresando al campamento tomó el camino equivocado tropezando en un barranco. Todo parecía perdido, cuando la boca de uno de los perros se acercaba, apareció sobre su cama, apagando su despertador, revisó si su padre estaba en la casa y la respuesta era que sí. Finalmente, Juan descubrió que todo fue un sueño, eso sí, el celular siniestro era sólo su hermano mayor mirando una película sobre fantasmas.
Facundoveiga03 de noviembre de 2016

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