La Tierra susurra Tu Nombre y tiembla.
Tiritan de frío los Polos.
Arden de pasión los volcanes y
circulan rocas fundidas por sus arterias.
Llueven estrellas , meteoros errantes.
Los ríos labran Tu Nombre,
en los lechos de piedra.
Recogen las aguas y
llegan al mar que nunca se llena.
Susurro Tu Nombre y
caigo sobre los cristales rotos de mi vida.
Con dedicada entereza me levantas entre los escombros.
Me recreas.