Cuando regrese, sabrás reconocer
esta carita de felicidad,
verás que bien me ha sentado
el aire de otras tierras.
Uniremos nuestros ojos
después de bastante tiempo.
Cuando por fin regrese,
saciaremos las ansias contenidas
de besarnos infinitamente,
encontraré en los survos de tu boca,
los besos guardados para mi.
Y cuando hayamos mermado
el deseo de poseernos,
te contaré mil y una anéctodas,
leeremos la bitácora de viaje,
y nos sentaremos a hablar,
hasta que se cansen los ojos de tanto mirarnos,
y los oídos, de tanto prestarnos atención.
Y así nos dormiremos profundamente,
habiendo cumplido con todo lo que
nos propusimos del reencuentro
felices de habernos vuelto a cruzar...
Ahh primaaa! Qué lindo leerla así!! entregada vitalmente a la añoranza del amor...me gusta eso! =)
Este texto cumple con mi creencia de que muchas veces es necesario irse para que al regreso sepamos exactamente lo que queremos.
Te dejo un beso grande florcis! Y repito: me gusta mucho leerte así!