No hay día en el que no me pregunte
por qué tuve yo que sentar a mis padres en el salón
y contarles con la voz rota
que soy homosexual.
Por qué es una noticia que hay que dar
y por qué tuve que pasarme meses
planeando el cómo y el dónde
y el qué dirían.
No puedo evitar sentir a veces
que no soy bueno tal y como soy
cada vez que mi madre le miente a mis abuelos
y les dice cuántas chicas van detrás de mí
y cuántas veces me han pillado con una
a solas en la habitación.
"No lo van a entender,
esas generaciones no son tan tolerantes".
¿Tolerantes?
¿Acaso hay que tolerarme?
¿Hay que quererme a pesar de?
Camino por los pasillos del instituto
y siempre hay risitas.
voces...;
por no hablar de esa mirada recelosa
que ponen los compañeros de clase
si les hablo o me siento a su lado,
como si estuviera desnudándolos con la mirada.
No soporto la falsa libertad que reina alrededor,
ésa en la que todos afirman ser liberales
(como si ser homosexual fuera algo nuevo y raro
que sólo mentes avanzadas pudieran comprender;
como si la sexualidad de cada persona
fuera algo que tuviera que someterse a esa comprensión).
A ningún heterosexual
se le asegura que es sólo una fase
o que no se preocupe,
o que seguro que lo que pasa es que
"no encontraste a la mujer ideal para ti".
Estoy harto del
"ah, pues no tienes pinta de ser gay"
(¿tengo que llevar tacones o un rótulo en la frente?),
o de que se usen los términos gay o maricón como insulto absoluto.
Estoy cansado de ver la mirada triste de mi madre
cuando se dice a sí misma que no tendrá nietos jamás,
como si hubiera dado por hecho que yo,
de haber sido heterosexual,
habría querido ser padre;
como si hubiera dado por hecho que yo,
al ser homosexual,
no podré ser padre.
Odio que haya gente
que nos tilde de fáciles y promiscuos,
de afeminados
(como si ser mujeres fuera malo,
como si ellas fueran inferiores al hombre).
Basta ya.
No hay una forma incorrecta de amar,
no hay nada extraño ni digno de mención.
Amar es jodidamente mágico,
independientemente de a qué sexo ames.
Porque no es eso lo que amas,
no te enamoras de unos genitales
sino de algo que va más allá.
Nadie debería de justificar sus inclinaciones sexuales
y nadie debería cuestionar las de los demás.

Inspirado en la película "Love, Simon"

Más en mi blog: myowncarpediem.blogspot.com

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