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11 Historias Capitulo 05: El Pecado de Dafne (caps. 05 al 8)

5
Listo para pintar nuevamente.
Eduardo habla por teléfono con Jerson, quien se encontraba de viaje aun.
— Me da gusto saber que estas intentando recuperar el tiempo perdido — le decía Jerson por teléfono.
— Si, he encontrado una nueva inspiración, creo que tenias razón con lo de explorar cosas nuevas, amigo. — decía mientras acomodaba sus viejas pinturas a un lado de su Apartamento y limpiaba un poco.
— Ya veo, un artista debe estar dispuesto a cambiar repentinamente y sorprender a todos. Se que lo lograras… a hora dime ¿en que estas pensando? ¿Que harás? —pregunta interesado.



— pues veras, voy a pintar un desnudo…— le dice mientras amueve los muebles del centro de la habitación.
— ¡vaya! Quieres escandalizar al publico, he… me parece genial hermano, y ¿en que haz pensado? ¿Te iras por lo surrealista, realista, hiperrealismo? ¿O algo más al estilo de Dürer? — pregunta.
— Pues quiero hacer algo que represente la belleza, el espíritu de lo natural, he pensado en hacer una mezcla entre la belleza de la naturaleza desnuda y la belleza de una mujer desnuda… ya sabes… una mezcla entre las 2 grandes bellezas de la vida.
— te siento inspirado, hermano, ya quería escucharte así… me alegro de verdad… ¿Cuándo inicias? ¿O ya comenzaste?
— No, aun no — se sienta en el sofá que arrimo a un rincón— … he estado pensando estas semanas, no quiero comenzar sin estar seguro, he estado estudiando, mirando muchos desnudos…
—Pues ten cuidado con el brazo he…—le dice riendo. — si te lo lastimas no podrás pintar.
— Si, si, si…sabia que dirías eso… pero en fin, he aprendido muchísimo, y creo que ahora estoy listo… solo que… pues voy a necesitar una modelo…
— Entiendo… ¿Quieres que te consiga una? Conozco a una amiga que es modelo y es perfecta, seguro te gustara…
— Te lo agradezco, pero… preferiría buscar a mi modelo yo mismo, no quiero una que este dentro de lo común… tengo una en mente, y me gustaría encontrarla, pero… pues necesitare colocar un anuncio… y pagarle a la modelo…
— Ya veo, no le des tantas vueltas, Edi, mañana mismo te depositare 50 mil euros, ¿te parece, amigo? — pregunta.
— Vaya, Jerson, eres un gran amigo… no sabia como pedírtelo, me daba mucha vergüenza…
— Nada de eso, siempre me gusta apoyar el arte y si es el arte de un amigo mucho mejor…
— de verdad te lo agradezco… algún día te pagare todo esto.
— Págamelo haciendo una gran obra de arte, hermano… ahora… pues aquí son las 3:25Am y mañana tengo una presentación muy importante, así que…
— Por su puesto, ve a descansar yo seguiré aquí arreglando un poco, nuevamente gracias, hermano. — le dice y corta.
Unos días después y utilizando el dinero que le obvió su amigo Eduardo coloca un anuncio en el periódico solicitando una modelo para desnudo artístico, luego de eso Eduardo se dirige a comprar lo necesario par comenzar a trabajar, como nuevos lienzos y pintura, después de mucho tiempo va al viejo almacén donde solía comprar todos sus notariales.
Para su suerte o mala suerte ese mismo día Sandra, decide ir también a comprar materiales para esculpir ya que tenía la intención de enseñarle a Dafne.
— Siempre vengo aquí a comprar lo necesario — le dice a Dafne dirigiéndose a la entrada del enorme almacén — aquí venden de todo.
— Ya lo creo el lugar es enorme. —dice contemplando el lugar. — Sandra, necesito llamar a mi hermana… si no lo hago se preocupa…
— Claro, ve a llamarla, yo estaré en la sección de pinturas. Me buscas. — le dice sonriéndole
— De acuerdo, — le dice dirigiéndose a los teléfonos fuera del almacén.
Sandra ingresa y se topa con Eduardo quien llevaba una bolsa con muchos materiales. Ambos se quedan en silencio, por uno segundos fue como si estuvieran en otros mundos, ninguno de los 2 sabia que decir que hacer.
— Hola…— dice Eduardo Rompiendo el Hielo.
— Hola, Eduardo…ah pasado tiempo… — dice con una sonrisa forzada y algo incómoda por la sorpresa—…te, te ves mejor…
— si, yo… — alza un poco su bolsa con los materiales — e… estoy por comenzar un nuevo proyecto… he vuelto a… inspirarme. — le dice sonriendo con la misma expresión de ella.
— Me alegra… de verdad me alegra… eres un gran artista, no debes… desperdiciar ese talento.
— ¿y como estas? ¿Que haces por aquí? — le pregunta.
— Pues… vine por algo de material para esculpir…
— ¿Regresaste a la escuela de arte?
— No, aun no he podido… pero eso no quiere decir que no practique lo aprendido… y pues… le voy a enseñar a una amiga… ella quiere aprender y… pues así no se me olvidara la técnica… ya sabes… la practica es importante…
— Si, lo se, yo estoy algo oxidado, pero… estoy muy emocionado con este proyecto…
— Bueno, te deseo suerte… Eduardo — le dice avanzando.
— Si, gracias… me dio gusto verte… saber que… estas bien… — le dice siguiéndola con la mirada mientras pasa a su lado.
— lo mismo digo… Hasta luego, Eduardo… — le dice continuando su camino hacia el interior del almacén.
Eduardo también continua su camino, aunque no podía dejar de ver en dirección a Sandra, era obvio que aun sentía algo por ella. En su distracción al salir choca con Dafne quien entraba en busca de Sandra.
— ¡Perdón! — dice Eduardo algo sorprendido.
— No, perdone usted, venia distraída mirando el teléfono, me ha pasado otras veces — Le dice agachándose a recoger las cosas que había soltado de la impresión Eduardo.
— No, disculpa tú, yo también venia distraído — dice recogiendo sus potes de pintura, algunos pinceles, paletas y tubos de pintura al oleo. — Estaba mirando a una amiga… — gira a ver en dirección a Sandra nuevamente y regresa la mirada al no ver nada.
— Pues entonces somos un par de distraídos, — le dice. — debemos tener más cuidado o podríamos sacarnos un ojo. — le sonríe.
— Si, discúlpame de todas formas…— dice poniéndose de pie al igual que ella.
— Bueno, que sean disculpas mutuas, — dice e ingresa al Almacén — ¡ve con cuidado! — le dice dirigiéndose dentro.
— ¡Si, lo tendré! — le contesta y continua su camino.
6
¿Dónde está mi hija?
—¡Efraín! — grita Fernando muy enfadado. — ¡ven a mi despacho ahora mismo!
Efraín quien las últimas semanas ha estado bastante angustiado por el miedo a ser descubierto en cualquier momento viene temblando.
— ¿Si…Sr.? — dice nervioso e ingresando al despacho.
Fernando se acerca a el con una expresión de pocos amigos y lo coge por la solapa de su traje, arrinconándolo contra la pared.
— ¡¿donde muerda esta, Dafne?! —Le grita casi escupiéndole en el rostro.
— Yo… Sr, si me dejara…
—¡¡que!! ¡¡¿Si te dejara explicarme por que mi hija n esta n el convento y al parecer nunca llegó?!!!! — lo empuja contra la pared y retrocede unos pasos — ¡¡¿Qué si te dejara explicar?!!
— Pues… yo… su hija… me engañó y…
— ¡¡osea una niña de 17 años te engaño!! ¡¿eso dices?!— se acerca a el nuevamente haciéndolo pegarse a la pared del miedo.
— Yo…
— ¡Nada!, ¡acabo de llamar al jodido internado y me comunican que “la chica nunca llego”… — imita la voz de una chica—…cuando tú, pedazo de bestia me habías dicho que la habías dejado allá! ¡ahora me dices que ella te engaño y que por eso tu me engañaste a mi!— dice golpeando la pared muy cerca a la cara de Efrain.
— Sr, yo de verdad lo lamento ella… ella me engañó, soy un imbécil… por favor no me mate… — le dice de verdad muy asustado.
—¡¡no me mate…¿solo ese dices?!! — retrocede hasta su escritorio colocando las manos sobre el y meneando la cabeza con decepción. — se suponía que podía confiar en ti… — gira a verlo — ¡y cuando te confió algo como llevar A MI HIJA a un convento… no lo haces bien, fallas!— golpea el escritorio fuertemente — ¡Ah, pero ese idiota de Willi me va a escuchar, el también me ha engañado… por que seguramente el auto se lo llevo ella, ¿cierto?!
— Si, ella se llevo el auto también…
— ¡¿pero es que acaso estoy rodeado de estúpidos, santo dios? —dice levantando las manos en el aire implorando — ¡algo tan simple!, ¡solo tenían que llevarla y dejarla, ahora sabe dios donde mierda esta esa chiquilla!
— Yo, sr, quería decírselo, pero... no me atreví, yo… de verdad lo lamento — dice al borde del llanto.
— ¡¿con disculparte no me ayudas! — le grita— ¡¿pero sabes?! ¡no te voy a matar!
— ¿En serio? — le pregunta ilusionado.
— Así, es… no te voy a matar… Aún— le dice señalándolo con el dedo y acercándose a el. — te daré la oportunidad de redimirte, ¡quiero que tu junto con ese chofer de mierda busquen a mi jodida hija donde mierda este escondida, ¿entendiste?! — le grita.
— Si, si, Sr… le prometo que la encontraremos…
— ¡no prometas, hazlo! — Le grita sacándolo a patadas de su oficina —¡no regreses hasta que me tengas alguna noticia! — grita y cierra la puerta fuertemente.
— Tienes suerte que este de buen humor… — le dice Junior quien estaba afuera escuchándolo todo.
— Si, creo que si…— Le dice Efraín nervioso aun y arreglándose el traje — ahora… tengo que ver como demonios encuentro a esa loca de Dafne…quien sabe donde este…
— Pues mas te vale encontrarla rápido…
— Si… ¿Dónde esta willi? — pregunta.
— Creo que salió a arreglar el auto… — le contesta.
— Espero regrese pronto…— dice dirigiéndose al pasillo.
7
Un nuevo empleo.
Dafne seguía trabajando como siempre, tratando de hacer lo mejor posible, aunque poco a poco iba haciendo algunas cosas extras primero como favores en el restaurante. Ella aparte de llevar las ordenes en algunas ocasiones limpiaba los pisos y lavaba los platos cuando el Sr. Francisco no lo podía hacer, otras veces se quedaba horas extras ayudando a la Sra Dorotea a pelar papas para el día siguiente. Contrario a lo que pareciera estos aportes extras no eran remunerados, ya que la Sra. Dorotea quien era la encargada de pagarle las quincenas no les reconocía absolutamente nada.
Por otra parte como hacia con Sandra el Sr. Francisco secretamente le daba un dinero extra a Dafne, como forma de pago por sus labores extras, aunque algunas veces la misma Dafne se sorprendía por la cantidad ya que solían ser muy altas.
— ¿Entonces te dio 200? — le dice Sandra a Dafne cuando conversaban esa noche en su habitación.
— Si, — contesta Dafne sentada en su cama frente a la de Sandra. — ¿es mucho, cierto? — pregunta.
— Pues si, es casi lo mismo que tu quincena… creo que… creo que no esta bien que aceptes, Dafne.
— Lo he pensado, no me comienza a gustar esto… pero por otro lado… el dinero lo necesitamos… la tienda de arte no va muy bien y pues… hay algunas deudas.
— Es verdad, sin tu sueldo la verdad estaríamos sin luz y sin gas, pero… pero no se trata de recibir el dinero por recibir, tu sabes que el Sr. Francisco te ve algo raro, el… parece que…
— SI, yo se le atraigo, es que mírame, soy una diosa…— le dice sonriendo pícaramente.
— Si, eres muy bonita. — Le dice sonriendo también — pero pues… no vaya a ser que después se quiera cobrar esos bonos que te da…
— Si, pero… no lo se, el parece que le teme a Dorotea, no creo que se atreva, además ella para casi todo el día ahí con nosotros… ella nos vigila, ya parece mi padre.
— Aun así, creo que ya no deberías Recibirle tanto dinero… yo acepto sus bonos secretos, pero el me da algo… simbólico, no tanto como a ti…
— ¿crees que ya no debería aceptarle el dinero? — le dice recostándose en la cama y mirando a Sandra.
— Pues… creo que no deberías, aunque… yo no soy nadie para… ya sabes, decirte que hacer.
— No, claro que no, tu opinión me importa, — baja de su cama y va a la cama de Sandra — todo este tiempo que hemos pasado juntas, me ha hecho quererte mucho, Sandra, yo estoy muy agradecida contigo, de verdad me importa lo que tu piensas… — le da un abrazo muy cariñoso. — y si tu crees que no debo aceptarle ese dinero al Sr. Francisco, pues ya no le aceptare nada, a menos que vaya acorde con mi desempeño.
— Creo que eso seria lo correcto — le dice con una sonrisa.
— De acuerdo, ahora descansemos, recuerda que tenemos que ir a abrir la tienda de tu papá mañana temprano. — dice Dafne saltando hacia su cama.
— Tienes Razón, que pases buenas noches, Dafne — le dice mientras apaga la luz de su lámpara y se acuesta.
— Igualmente, Sandra. — contesta acurrucándose en su cama.
A finales del mes luego de cobrar su paga ambas como siempre cierran el lugar y como ya era costumbre Francisco llama a ambas muchachas por separado, supuestamente para darles algunas recomendaciones, eso cuando su esposa estaba cerca, como ene esta ocasión que se encontraba sacando los desperdicios.
La señora Dorotea le pide a Sandra algo de ayuda, mientras Dafne va con el Sr francisco a la parte de atrás, los vestidores de empleados, para que este le diera su bono.
— Bueno, linda, aquí tienes tu bonificación por ser tan trabajadora. — le dice dándole un sobre bastante gordo y sonriéndole y mirándola como siempre, con una cara que solo se calificaría de lujuriosa.
— He… Sr. Francisco... justamente de eso quería hablarle…
— ¿Qué ocurre, Dafne? ¿Acaso necesitas más? Si es así…— mete sus manos en los bolsillos de su saco.
— No, no es dinero… bueno, si lo es, pero no es que quiera más… — le dice.
— No entiendo…
— Lo que pasa es que ya no quiero que me de tanto dinero, creo que… es injusto que me de tanto cuando las cosas que hago no lo ameritan… yo… no puedo aceptar ya este dinero. — le dice devolviéndole el sobre.
— pero Dafne, este dinero es por tu buen desempeño, créeme, te lo mereces… todo… y más. — le dice tomándole la mano suavemente y entregándole nuevamente el sobre.
— Yo le agradezco el gesto, de verdad… pero creo que no es correcto que me de dinero… dinero que no he ganado… así que— le regresa el sobre — espero que entienda que no puedo aceptarlo — le dice tratando de salir del cuarto, pero Francisco evita su paso.
— No, no, no entiendo… de verdad que no… yo trato de ser buena persona, de darte un… un poco de dinero, es mi forma de demostrarles que…. que tengo un gran aprecio por ustedes…
— Lo se, y se lo agradezco, se lo agradecemos Sandra y yo, pero… no me parece correcto, Sr. Ahora debo irme… — dice tratando de salir, pero Francisco la detiene nuevamente.
— Escúchame, Dafne… yo, yo pensaba que quizás tu… yo… — le dice algo nervioso y mirándola cada ves mas extrañamente, cosa que la incomodaba.
— ¿Qué dice? — se aleja un poco.
— Note como me miras… esos gestos coquetos… se que… se que te atraigo… por eso no se por que esta reacción de tu parte.
— ¡¿Qué?! — dice sorprendida. — ¡discúlpeme, pero eso no es cierto! —
— Dafne, vamos… he visto tus miradas, la forma en que me hablas… — le dice acercándose a ella y tomándola de las manos.
— ¡Suélteme! — le dice y lo aleja. — ¡usted esta mal, yo… usted… usted a confundido las cosas!
— Nada de eso… se que te gusto, y créeme, preciosa… hace mucho que fantaseo con el momento de tenerte para mi solito. — le dice acercándose mas y mas.
— ¡oiga, ya basta! — le dice alejándolo aunque el persistía.
— ¡mira, mocosa!, ¡te he defendido siempre ante mi jodida esposa! — le dice con un gesto de enfado y tomándola de los brazos nuevamente— ¡todo para tenerte cerca!, ¡ya que esa gorda de mierda te quiere fuera de aquí desde que llegaste!
— ¡Ya suélteme, loco! —le dice forcejeando.
— ¡Nada de eso, voy a desquitarme de todos los problemas que me he ganado, incluyendo excusar todo el dinero faltante que te he regalado! — le dice tratando de besarla.
— ¡no! — Grita Dafne evitando sus labios — ¡es un puerco! — le grita y le da una patada en la entrepierna lo que lo aleja unos metros.
— ¡maldita mocosa de mierda! — le dice y le da una cachetada llena de rabia, lo que la hace chocar contra un ropero que había tras de ella duramente, entonces se acerca y trata de besarla y comienza a tocarla.
— ¡déjeme, asqueroso, maldito! — grita y le da un cabezazo en la nariz rompiéndosela.
Los gritos de dolor de Francisco alertan a Sandra y Dorotea quienes corren rápidamente a la parte trasera, en el camino se topan con Dafne quien salía corriendo por el pasillo.
— ¡Sandra, trató de abusar de mi!— le dice abrazando a su amiga.
— ¡¿Qué?! —grita Dorotea.
Entonces ve a francisco ensangrentado salir de los vestidores de empleados.
— ¡Es usted un cerdo! —le grita Sandra a su jefe. — ¡ella es casi una niña! —le grita abrazando a Dafne.
— ¡quiero que me expliquen que esta pasando! — grita Dorotea muy exaltada por la escena.
— ¡Esa mocosa… ella trató de robarme… si… y me golpeó! — Dice Francisco tratando de defenderse.
— ¡eso no es verdad! — grita Sandra en defensa de Dafne quien seguía abrazándola y muy nerviosa — ¡ella no haría eso!
— ¡tu cállate! — le dice Dorotea.
—Señora, no ira a creer que Dafne…
— ¡Dije que te calles! — la vuelve a callar. — ¡esta mocosa nunca me calló bien, no me confiaba de ella… sabia que saldría con algo así…! — ladra.
— ¡su esposo miente!, ¡el trató de violarme allá atrás! — Le dice a Dorotea quien se acercaba a revisar a su esposo. — ¡Es un asqueroso, me daba dinero pensando que yo aceptaría de esa forma estar con el! — grita aun prendida de Sandra.
— ¡no mientas, ratera! — le contesta. — ¡ella trató de robarme, sabia que tenia dinero en el bolcillo y trató de seducirme para robármelo al no poder me golpeó y salió corriendo… — mete sus manos en el bolsillo de su saco donde había dejado el dinero —… pero logre arrebatárselo! — alardea con su esposa quien parecía creerle.
— ¡es un mentiroso, y cobarde! — le grita Dafne.
— ¡ya cállate! — le grita Dorotea.
— ¡No la calle…! — le contesta Sandra—… ¡¿Por qué no la deja hablar?! ¡¿Tiene miedo a darse cuenta que su esposo es un enfermo que casi abusa de una menor de edad?!
— ¡Las 2 están de acuerdo! —Dice Francisco — ¡seguramente ella también quería seducirme para robarnos! — dice señalando a Sandra.
— ¡Pero que cabrón que es usted, pedazo de…!
— ¡Ya cállate, no quiero una palabra más de ustedes 2, par de Zorras aprovechadas! — les dice Dorotea.
— ¡Oiga no voy a dejar que nos…! —salta Dafne tratando de ir donde Dorotea quien retrocede al ver a la joven darle un zarpazo fallido al ser detenida por Sandra.
— ¡No, no vale la pena, Dafne, mejor vámonos de aquí…! — le dice sosteniéndola.
— ¡Si, lárguense, no las quiero volver a ver en mi restaurante, par de ladronas aprovechadas y sucias!— les dice limpiando la sangre de su esposo.
— ¡Si, ya nos vamos, peor antes debe saber por que se renunció también Jessica!— dice amenazante Sandra.
— ¡No la escuches, amor, es una mentirosa!— le dice a su esposa francisco.
— ¡Jessica renunció por que su esposo trató de propasarse con ella! — le grita.
— ¡Ya deja de decir estupideces, esa era otra perra! — contesta Dorotea.
— ¡Quizá seso le dijo su esposo, pero debería llamar y preguntarle a Jessica a ver si es mentira!— le dice retrocediendo con Dafne sujetada.
— ¡ya lárguense! — les grita Dorotea muy enfadada.
Ambas salen del lugar rápidamente.
— ¡Que bueno que las hayas botado a esas aprovech…!—Una bofetada de Dorotea calla a francisco. — ¿y ahora que? —le dice sorprendido.
— ¡llamare a Jessica y si me dice algo que coincida con lo que me contó Sandra…dios sabe que te cortare las pelotas…!— le dice y se va.
Sandra y Dafne caminan por la avenida y hablan.
— estoy tan apenada contigo, Sandra, por mi culpa perdiste tu empleo. — le dice caminando abrazada a Sandra.
— No, no te preocupes, era cuestión de tiempo que pasara… yo lamento que hayas pasado por eso… menos mal te defendiste bien, amiga. — le dice algo entristecida a decir verdad.
— No debí aceptar su dinero desde un principio… y tampoco debí ser tan… ya sabes… Seductora, el viejo asqueroso se la creyó…
— Pues si, aunque ya no importa, lo que importa es que no te hizo nada, te juro que si te hubiera hecho algo… yo misma lo mataba. — dice con rabia.
— Tranquila, ya pasó, no deje ni que me besara, d solo pensarlo me daba asco. Aunque ahora me duele la cabeza… le di bastante duro… ¿viste su nariz? Parecía un chorizo.
Ambas sonríen.
— Ahora… ¿Cómo le diremos a tu papá?— pregunta Dafne.
— No podemos decirle lo que pasó… querría ir a matar a Francisco, el te quiere mucho, casi como una hija.
— Si, es verdad… tan lindo tu papi. — Dice sonriendo — pero… debemos explicarle que ahora estamos desempleadas.
Se detienen frente a la luz de alto al final de la esquina.
— Si, pero hay que inventarle algo bueno…— dice Sandra.
— Si…
— No te apures yo pensare en algo, Dafne.
La luz cambia y cruzan la pista en dirección a la avenida.
— te prometo que mañana mismo iré a buscar algún nuevo empleo, ¿si?— le dice abrazándola fuerte tratando de animarla.
— Iremos— le dice sonriéndole.
—Menos mal tengo mi pago de la quincena, con esto podremos aguantar hasta encontrar algo — dice. — sacando el sobre.
— Guárdalo, no vaya a ser que nos roben — le dice.
— Ay, dios, eso ya seria mucho para un solo día — dice guardando su sobre y apretando sus manos contra el bolsillo.
Dafne y Sandra caminan hasta su casa al llegar cenan como si nada hubiera pasado, no querían causarle mas preocupaciones a Hernán, el padre de Sandra. Esa noche no pudieron dormir hasta lograr inventar una buena escusa que dar para explicar su salida del trabajo.
En los días siguientes Tanto Sandra como Dafne se dedicaron a buscar un nuevo empleo, aunque la suerte no estaba de su lado, ni una de las 2 conseguía nada, y el dinero que tenían ahorrado no les duraría para siempre, los días seguían pasando. Los fines de semana ambas lograban algunas ventas en la tienda de Hernán, pero aun así no era suficiente para seguir pagando el local y los servicios del agua, gas y luz de la casa.
Casi un mes después Sandra logra encontrar un empleo en un una pequeña escuela, de maestra de arte, dado que ella tiene cierta experiencia, la paga no seria gran cosa, pero ya era algo, aparte de que el horario era bueno, solo trabajaría en las mañanas, y le daba la oportunidad de buscar algo para las tardes.
— Creo que podría vender el auto — dice Dafne en la cena unos cuantos días después.
— No claro que no, hija. — le dice Hernán el padre de Sandra.
— Por su puesto que no, no dejaremos que hagas eso — le dice Sandra sirviéndole un poco de guisado de pollo.
— Es que hay muchas deudas, ya se acerca el fin de mes y… bueno, ya nos amenazaron con cortarnos el agua…— dice bajando la mirada preocupada por la situación.
— Escúchame, Dafne —dice Sandra sentándose a la meza con su plato de comida — se que estas algo preocupada por nosotros y por que aun no encuentras algo… pero se que te esfuerzas y eso es mucho y lo apreciamos — le dice tomando su hombro.
— Así es, hija — dice Hernán — tu sales todos los días a buscar algún empleo, o me ayudas en la tienda… de verdad te agradezco esto, pero no dejare que vendas tu auto, me harías sentir muy mal… además ya me falta poco para juntar para el agua… así que no te preocupes.
— SI, y además con lo que me paguen este 15 seguro nos acomodamos. — dice Sandra.
— Aun así, ya ni uso ese auto, podríamos sacarle algún provecho — insiste Dafne tratando de no sentirse inútil.
— No, no, de verdad no te preocupes, se que ya encontraras algún empleo, Dafne... — le dice Sandra — ahora, ya cambiemos de tema, hablemos de algo mas bonito en la mesa, ¿si? — le dice sonriéndole.
Los días siguientes Dafne siguió buscando incansablemente un trabajo, pero dado que no tenia los papeles de la secundaria completa o alguna identificación le era complicada, ya había perdido 2 veces una oportunidad de empleo. Y en los restaurantes que visitó donde necesitaban mecerás pues la iban a poner 15 días a prueba sin sueldo, algo que no le convenía.
Una tarde unos días después.
Dafne se encuentra en la tiende de arte leyendo las oportunidades de empleo y se encuentra con un anuncio que llama su atención.
“Se necesita Modelo para desnudo artístico, buena paga”
—un desnudo artístico…– piensa Dafne—…podría hacerlo…buena paga…—mira un cuadro de Goya en la pared de la tienda “La maja desnuda”. — Esa podría ser yo…aunque estoy algo menos voluptuosa…y no tengo los pechos tan separados — sonríe.
— creo que podría intentar… después de todo… es un empleo, nada pierdo con ir a ver que sucede… además es arte.
Viendo una oportunidad de empleo y ya arte de no apoyar lo suficiente en la casa, decide ir a ver si podía conseguir ese empleo.



8
La modelo.
—Estudio de arte “Eduardo Banes” —lee Sandra en la puerta del apartamento de Eduardo.
Toca.
— ¡Ya va!, ¡un momento por favor! —se oye desde adentro.
Entonces Eduardo abre rápidamente.
— Buenos, días, vengo por el anuncio de modelo…ya sabe. — Dice con una sonrisa en el rostro— un momento… yo te recuerdo de algún lado — le dice.
— Si, igual yo…— contesta Eduardo tratando de recordar…— ¡ah, en el Almacén! Chocamos…
— Si, es verdad… que pequeño es el mundo…bueno, la ciudad. — sonríe.
— Si — sonríe también — bueno, adelante…
— si, claro…— ella entra al apartamento que Eduardo había acomodado simulando un estudio, había puesto todos los muebles en las esquinas dejando libre casi todo el cuarto que era bastante grande o al menos ese efecto daba, sus pinturas estaban a un lado del cuarto, la enorme ventana que daba a la calle le daba un bonito ambiente al lugar dejándolo bastante iluminado.
Dentro había otras 3 chicas sentadas en unos muebles.
— ¿Quién pensaría que eras modelo? — le dice
— Si…es que… bueno…— dice algo nervioso al ver a las chicas tan lindas ahí sentadas.
— Parece que hoy es mi día de suerte, 4 lindas modelos para elegir…— dice Eduardo sonriendo. — Bueno….toma asiento — le dice a Dafne quien se sienta a un lado de las chicas. — Estaba diciéndole a las chicas que solo necesitare a una de ustedes como mi modelo y les explicaba que este trabajo durara unas cuantas semanas ya que las grandes obras toman tiempo y tengo en mente hacer algo fantástico. — dice recostándose ligeramente sobre el escritorio tras de el.
— las chicas discuten entre ellas asentando las cabezas.
— ¿tendremos que venir todos los días? — pregunta una de ellas.
— Pues veras… ¿Cómo te llamabas?...—pregunta.
— Gisela — contesta la morena y voluptuosa modelo.
—Ok, veras Gisela, la que se quede con el trabajo pues… tendría que venir al menos unas horas al día, preferiblemente en la mañana para aprovechar la luz.
— Entiendo… — contesta.
— ¿se que todas son modelos por sus mostrarios— dice tomando los mostrarios que había dejado en un escritorio—…por cierto tu no haz traido…¿Cuál es tu nombre? —le pregunta a Dafne.
— Yo soy Dafne, y mi mostrario…pues…es que… yo…— dice algo nerviosa e intimidada.
— ¿lo olvidaste? No hay problema, ya me lo traerás después — le ayuda a terminar la frase y deja los mostrarios nuevamente en el escritorio—…lo importante es que todas sepan que este trabajo es algo diferente a… que les saquen fotos… ¿concuerdan?
— Si. — contestan las chicas al unisonó, a excepción de Dafne quien solo asienta con la cabeza.
— Bueno, ¿alguna de ustedes antes… ah posado desnuda? —pregunta.
Las chicas mueven la cabeza en negativa.
—Ya veo… bueno, deben… estar preparadas para pasar horas desnudas y muy quietas…
Dafne levanta la mano.
— ¿si? —pregunta Eduardo.
— ¿solo pintara la elegida aquí dentro o…?
—Pues, veras Dafne… intento hacer una mezcla entre la belleza natural y la femenina… así que… aun no estoy seguro… podría ser solo aquí el cuerpo de la modelo y ya fuera la naturaleza… o quizás… ambas en la naturaleza…
— ¿Tienes algún problema con eso, Dafne? De ser así debes decírmelo…— le pregunta.
—No, pues…no…solo quería saber…— contesta algo avergonzada por las miradas de las otras chicas.
— Ok, entonces… yo estudiare sus mostrarios y… si alguna de ustedes coincide con las características que tengo en mente para mi pintura pues… yo la llamaré…
— ¿En cuanto a la paga? —pregunta la modelo asiática.
—Pues le pagaría 200 por semana… ¿les parece?
Las modelos asientan con la cabeza y murmuran entre ellas muy emocionadas.
— Bueno, les agradezco el a ver venido, yo… estudiare sus fotos y pues estaré en contacto con ustedes…
Las chicas se ponen de pie y Eduardo las guía a la puerta.
— He… ¿puedo hablarte un instante? — le dice Dafne quien se queda al final después que las chicas salieron.
— Si, ¿Qué ocurre? —le pregunta.
— Pues… yo no tengo mostrario… ¿Qué podría hacer?
— Pues… podrías hacer uno… solo ve a tomarte unas fotos…es extraño que una modelo no tenga mostrário fotográfico, ese es su curriculum.
— Es que… bueno…. Yo no soy precisamente una modelo…
— ¿ah no? —pregunta dirigiéndose a su escritorio.
Dafne va tras el.
— Pues… no, yo… solo vine por que pensé que tendría una oportunidad… necesito el trabajo, pagas muy bien.
— Ya veo — dice girando a verla — lamentablemente… este es un trabajo serio… necesito una modelo de verdad, una con algo de experiencia y tu… pues eres bonita no lo niego… y pues…estas bastante bien formada… —dice mirándola de pies a cabeza pero no con una mirada morbosa, una mirada de artista que no incomodó en nada a la chica.
— Gracias… ¿crees que abría alguna probabilidad de que me elijas si te traigo algunas fotos? —pregunta.
—Pues… no lo se…como te digo necesito alguien con experiencia… y no creo que…tu…
— te aseguro que no tengo problemas con la desnudes, además tu eres artista…
— Bueno…creo que te podría tomar unas fotos e improvisaremos un mostrario… ¿si? — Te dice — te voy a tomar en cuenta.
— De acuerdo… le dice… ¿tengo que desnudarme? — le pregunta mientras el va a la otra habitación.
— ¡claro que no! — Grita desde el otro lado — ¡eso no es necesario, solo necesito fotos de tu rostro en diferentes ángulos, con esa ropa que traes esta bien, es bastante ceñida!— le dice y regresa con una cámara.
— Bien… ¿Qué hago? — le dice.
— Nada, solo se natural, —dice bajando unas cortinas y encendiendo unos faros que tenia a un lado de la habitación— necesito que seas lo más natural posible, ¿si? No quiero que hagas gestos raros como alguna de estas chicas…— sonríe y prepara la cámara.
— Ok, — contesta arreglándose el cabello un poco. — Hubiera traído algo de maquillaje…— dice.
— No, te ves bien así… eres preciosa, si no eres modelo deberías pensar en serlo seriamente…
— ¿de verdad?
— Si, créeme, además tienes un… maquillaje natural bastante hermoso… ¿Qué edad tienes?— le pregunta deteniendo lo que hacia y mirándola fijamente.
— Pues…yo…19, tengo 19 años, los cumplí el mes pasado… si. — dice tratando de sostenerle la mirada.
— vaya, te ves muy joven… juraría que tienes 16, en caso seas la elegida debes traerme tus papeles ¿de acuerdo? — le sonríe.
— Si, por su puesto, no te apures — dice Sonriendo nerviosa.
— Bueno, te tomare unas aquí dentro a modo de estudio y unas en el parque de aquí cerca, ¿ok? — le dice terminando de preparar su cámara.
— Claro, no hay problema.
— Bueno, comencemos le dice…
Eduardo le toma las fotografías y le dice que estudiara las fotografías y que antes del fin de semana tendría una respuesta, en caso de aceptarla la llamaría y si no es elegida la llamaría para comunicárselo también.
Alrededor de la semana otras nuevas modelos llegaron con Eduardo, el guardaba los mostrarios y os revisaba en el orden que iban llegando, lamentablemente las modelos que llegaban no se amoldaban a la idea que el tenia en mente, a pesar de que eran chicas bastante lindas, aunque también se presentaron algunas algo subidas de peso y una que otra no muy agraciadas, aunque igual tomó sus mostrarios con una sonrisa.
Unos días después Jerson quien había regresado de una exposición en Rusia va a visitar a Eduardo. Ambos conversan y se toman unas cervezas.
— Vaya este lugar a quedado bastante bien…y amplio— le dice a Eduardo al ver como ha decorado su apartamento.
— Pues si, tenía que ampliarlo, así que saque la mayoría de muebles, ahora se ve más espacioso. —dice mientras revisa unas fotos de las modelos.
— ¿Cómo vas en la búsqueda de la modelo perfecta? —le pregunta acercándose y sentándose a su lado en un mueble.
— Pues…no muy bien, hay tantas…, pero no encuentro una que… me convenza al cien por ciento.
— Entiendo, es un trabajo difícil la elección de una modelo…cuando pintaba cadáveres también era meticuloso. — le dice tomando un grupo de fotos que estaba a un lado de la meza en la que trabajaba Eduardo.
— ¿ah si? ¿Te tomabas el tiempo de elegir un… un cadáver? —pregunta mirándolo sorprendido.
— Si, tenia que encontrar uno que sea perfecto, hay cadáveres que son bastante atractivos…no me mires así, se que se oye raro, pero es la verdad.
— Si, te entiendo, hay algunos cuadros tuyos que vi en internet que pues… me gustaron mucho, habían chicas bastante lindas…casi es una pena que estén muertas.
— SI, por eso quise captarlas e inmortalizarlas e una pintura —le dice mientras ve las fotografías que tomo una por una — muchas de las familias recibieron una copia de mis pinturas con su respectivo pariente y créeme, les encantaron.
— bueno, eso si es extraño… aunque no deja de ser arte…— dice bebiendo un poco de cerveza y recostándose en el sofá para descansar un poco.— no pensé que esto seria tan complejo, Jerson. —le dice a su amigo.
— Pues lo es, y este solo es el comienzo… — se levanta y continua mirando las fotos de las modelos.
— Si, espero decidirme pronto, abra una exposición de arte en la ciudad el 11 de septiembre, estoy invitado y pensé que podría presentarme con mi nuevo trabajo, pero no se si tenga listo algo para esa fecha. —dice algo preocupado.
— Aun falta mucho para octubre, hermano, creo que si te das prisa podrás presentar al menos una pintura. — le dice concentrado en las fotografías.
— Pues eso espero… — se inclina a las fotografías nuevamente —… aun no encuentro a una modelo que encaje en el perfil que busco…
— ¿y cual es ese perfil? — le pregunta recostándose cerca a la ventana y mirándolo.
— Pues a decir verdad aun no estoy seguro… es que se me ocurren muchas ideas, y no me decido… ya sabes cuando creas una imagen en la mente nunca es clara, solo sombras borrosas, pero te dan una idea. —dice tomando una foto de una chica rubia y dejándola a un lado con otras 3 más.
— ¿Estas de aquí están separadas por alguna razón?— pregunta Jerson mientras toma nuevamente su cerveza que estaba sobre el escritorio de Eduardo.
— Si, esas son las que me parecen más cercanas a lo que imagino…
— Ya veo… ¿Qué hay con esta? —Pregunta mostrando la foto de Dafne —… ¿la sacaste de internet o que? — sonríe.
— No, esas son de una modelo que… no es modelo, vino por que le interesaba el trabajo… no tenia un Book y le tome unas fotos.
— ¿la vas a considerar sin ser modelo profesional? — pregunta mirando algunas fotos de Dafne.
— Pues si, es muy bonita… se asemeja a la idea que tengo, pero… hay algo que aun no me convence. —continua mirando otras fotos.
— Pues si, tiene un rostro bastante atractivo… ¿aunque es algo bajita no?
— Si, mide 1.60 — le dice. —pero eso s lo de menos, ¿no crees?
— Depende que quieras, es decir, una modelo con piernas largas te da otras opciones, mayor despliegue… ya sabes, aunque… no lo se, ¿Qué edad tiene? Parece de 15, no querrás tener problemas… si lo sabré yo. — dice haciendo un gesto.
— Tranquilo tiene 19 o eso dice… aunque al igual que tu pienso que se ve mucho más joven.
— Vaya, todo lo contrario a las Rusas, a los 13 parecen de 21, es una locura. — dice regresándole las fotografías a Eduardo. — entonces entre estas esta tu modelo ideal.
— Así es, pero cada ves que les doy un nuevo vistazo a las fotos descarto o agrego nuevas… asi que… no se.
— Bueno, te deseo suerte, amigo — se levanta y ve su reloj, — ahora debo dejarte solito.
— ¿ya te vas? — le pregunta.
— Si, tengo que viajar otra ves, ya me estoy aburriendo, es divertido los primeros años… al menos esta ves iré en tren.
—¿Cuándo regresas? — le pregunta.
— Tranquilo, estaré aquí para la exposición de arte, espero que ya tengas listas las pinturas, de verdad me emociona saber que harás, Edi.
Eduardo se levanta y camina con Jerson en dirección a la puerta.
— Bueno — le da un abrazo a Eduardo — hasta pronto, te traeré algo la próxima ves que venga,— le dice.
— mientras nos ea un cuadro de un muerto — le dice sonriendo.
— Ey, esas son obras de arte, son muy solicitados y admirados — le dice sonriendo también. — ahora no te traeré nada.
Esa noche luego de estudiar las fotografías meticulosamente se queda dormido sobre el sofá con las fotos desparramadas a su alrededor.
Entonces Eduardo tiene un sueño, un sueño donde ve la imagen borrosa de una mujer desnuda caminando por un bosque muy hermoso, dicha mujer hermosa coge una manzana de un árbol, se sienta al pie del mismo mirando la manzana sensualmente, mientras una culebra se le enrolla por la pierna acercando sus fauces a la manzana. Poco a poco la imagen de la mujer se va haciendo clara, y ve en ella el rostro de Dafne.
Eduardo abre los ojos repentinamente muy sorprendido por el sueño y a la vez entusiasmado. Rápidamente busca las fotos de Dafne en el montón de fotos, la encuentra por alguna razón debajo del sofá.
— Si…es ella — dice mirando la Fotografía y riendo muy alegre — ¡si! ¡Tú eres la indicada! — sigue riendo y besa la fotografía de la postulante a modelo.
Al día siguiente muy temprano llama a Dafne a su celular y la cita en su estudio-apartamento.
Dafne sin perder tiempo acude lo antes posible.
— ¿y bien? — Le dice ingresando al estudio — ¿el trabajo es mio entonces? — pregunta.
— Pues si,… decidí que eres la indicada para mi proyecto—le dice cerrando la puerta y dirigiéndose al mueble a un lado del salón —… se que no tienes la experiencia suficiente, pero creo que aprenderás, además… te prometo que no será nada del otro mundo, incluso te parecerá una experiencia interesante. —le dice encendiendo un cigarrillo.— ¿sabes algo de… arte?
— Pues… he estado estudiando los libros de una amiga…y paso casi todo el día rodeada de cuadros y de esculturas…, así que… más o menos tengo una idea.
— Entiendo, al menos estas familiarizada. — le dice caminando hacia la ventana. — veras, Dafne… hay una exposición muy importante en unos meses, y espero tener el cuadro listo para entonces, será una exposición… relativamente grande, muchos verán tu pintura, ¿estas preparada para eso también? —le pregunta.
— Pues si… no hay problema… — le dice.
— solo quiero estar seguro… ya que… de verdad este proyecto es importante y además necesito que me asegures que estarás conmigo hasta que termine de pintar todo el cuadro.
— Por 200 a la semana me quedo a vivir aquí si quieres. — le dice sonriendo.
— jejeje… eso no será necesario, linda. — solo necesito que estés en las mañanas y algunas veces quizás en la tarde, ¿esta bien? — le dice.
— Si, no hay problema, tengo tiempo.
— De acuerdo, —le da la mano — entonces tenemos un trato.
— Si, —le estrecha la mano también — ¿cuando comenzamos? — pregunta Dafne.
— Pues… estamos viernes… ¿Qué te parece el lunes? Así me das tiempo de comprar algunas cosas que vamos a necesitar.
— me parece bien. — Le dice asentando.
— Aunque…— se acerca a uno de sus lienzos. — me gustaría hacer unas líneas…
— ¿he?
— Es decir… quiero contornearte… en el lienzo, me servirá de guía y practica…— se acerca a ella con el lápiz. — te seré sincero, preciosa, yo nunca he pintado un desnudo… esta será la primera ves que lo haga y estoy algo nervioso, la exposición será una de las mas importantes y… quiero presentarme con algo nuevo.
— Te entiendo… entonces… ¿quieres que me….?— pregunta señalando su bruza.
— Si, ¿te sientes preparada? — le pregunta.
— Pues… debo aceptar que… es algo extraño — sonríe — pero no me intimida, así que… si deseas…
— Si, me ayudaría — dice regresando y acercando su trípode con el lienzo.
Dafne comienza a desvestirse lentamente mientras Eduardo acerca su mueble a ella.
— Necesitare que te acuestes aquí, en una pose… sexi, pero nada tan subido de tono, solo es una practica, no te sientas… obligada a impresionarme…yo…— Eduardo la ve totalmente desnuda frente a el.
— de acuerdo…— dice Dafne.
Eduardo la veía fascinado, encantado, casi soñando, no era una mirada mórbida era una mirada de encanto.
— yo… baya, de verdad que tienes un cuerpo fascinante… eres muy hermosa….
— vaya, es la primera ves que estoy así frente a un hombre…y es extraño, pensé que me mirarías de otra manera…
— ¿a que te refieres?… — dice acercándose a su lienzo. — ¿Cómo debería mirarte?
— pues no lo se, pensé que… me mirarías mas como excitado… — le dice sonriéndole y sentándose en el mueble. — es decir… tu mirada no me incomoda para nada… es extraño.
— Pues te estoy viendo con los ojos del arte — le sonríe —…espero que mis ojos de hombre no regresen pronto...
Dafne sonríe junto con el.
— Bueno, haces esto mas fácil… ¿Cómo me pongo?— pregunta.
— a ver… solo… solo haz como si estuvieras tomando el sol solo, y quiero que me veas y te quedes quieta mientras contorneo tu imagen, ¿si?
— ok…. ¿puedo hablar o…?
— Si, si deseas… así será menos aburrido, pero cuando este en tu rostro ahí si deberás permanecer como estatua.
— Me parece bien…— contesta acomodándose…— ¿así?
— ¡perfecto! — le dice y comienza a dibujarla.
— ¿te puedo preguntar algo? — le dice ella.
—Adelante…— contesta concentrado en su trabajo.
— ¿Cómo así decidiste darme el trabajo a mi? Es decir... las otras muchachas... Eran mas lindas, alta… con experiencia. — pregunta tratando de quedar inmóvil.
— Pues… sonara extraño, pero… te vi en un sueño que tuve anoche…
— ¿un sueño?
— Si, te soñé…
— ¿desnuda? —pregunta.
Eduardo sonríe.
— te ofrezco mis disculpas, pero si… aunque no fue mi intención. — aclara con una sonrisa.
— no te apures, se que no fue adrede, pero… ¿Qué soñaste? —le pregunta.
— Pues la escena que voy a pintar… o como voy a pintarte y pues al verte ahí, claro que con otro peinado…pero eras tú, entonces me pareció perfecto — le cuenta mientras delinea sus caderas con mucho detalle.
— bueno, me alegra aquí entre nos, en mi casa hay algunas deudas y el dinero me cae perfecto…
— bueno, me alegra entonces el haberte elegido, Dafne… y si la obra resulta un éxito te daré un porcentaje en caso alguien quiera adquirir la pintura ya que subastaran.
— Entonces será une exposición muy importante…vaya…
— Si, los mas grandes artistas conceptuales, plásticos, músicos, todos estarán ahí, solo se realiza una ves al año… tuve la suerte de ser invitado nuevamente… ye esta ves espero mejores criticas…
— Ya veo… espero les guste, además… ¿a quien no le gusta una chica de 19 años desnuda…no?— sonríe— ¡uy! me moví…perdón.
— Tranquila, no pasa nada… y si, creo que lograremos algo grande, preciosa.— le dice— ¡listo! Ven a ver…— le dice.
Dafne se acerca a ver.
— vaya… eres bueno… y que cuerpazo que tengo…— dice sonriendo.
Eduardo ríe también.
— y eso que solo es un borrador, a colores se ve mucho mejor… — saca el lienzo y se lo da — puedes llevártelo.
— ¿en serio? — pregunta tomando el lienzo.
— Si, como recuerdo de tu primer desnudo a lápiz — le sonríe — ahora… puedes vestirte.
— ¡es verdad…— sonríe — olvide que estaba desnuda por un instante.— menos mal me avisaste,— recoge su ropa —¿te imaginas que salga así a la calle?
— Me arruinas la exposición, aun nadie debe verte… — le dice sonriendo mientras Dafne se viste nuevamente.
— ¿yo estaré invitada a esa exposición, cierto? — pregunta.
— Si, por su puesto… ¿por?
— Por que le quiero dar una sorpresa a una amiga… cuando me vea en una obra de arte… seguro enloquecerá…
— pues la llevas, no hay problema… pero aun falta muchísimo.
— Si, bueno entonces regreso el lunes… ¿en la mañana?
— Si, a las 10:00AM, a esa hora te espero.
— de acuerdo. — le dice dirigiéndose a la puerta.
Dafne guardó en secreto el hecho de estar trabajando de modelo de desnudos con un pintor, quería darle una sorpresa a Sandra ya que pensaba que le gustaría. Ella les inventó estar trabajando de niñera en las mañanas y eventualmente en las tardes, lo que Dafne y su padre creyeron.
Poco a poco los problemas monetarios fueron desapareciendo también.
Dafne iba sin falta al estudio con Eduardo, donde el la pintaba, siempre conversando y pasándola bien ya que congeniaban perfectamente, siempre bromeaban entre ellos, Dafne hacia que el trabajo fuera más divertido y menos tenso para Eduardo.
Dafne resultó una muy buena modelo al final, ya que siempre hacia lo que Eduardo le pedía, se colocaba como el deseaba, muchas veces animaba a Eduardo cuando este se frustraba al no poder captar un gesto o pensaba que no le estaba saliendo bien.
Después de mucho trabajo, bromas, algunos calambres, adormecimientos y una que otra gripe el trabajo estaba casi terminado, justo una semana antes de la exposición.
— ¿Entonces terminaste? — dice Dafne soltando la manzana que sostenía no sin antes darle una mordida y acercándose al lienzo.
Eduardo la detiene.
— No, no, no…— le dice sonrientemente — no te dejare ver hasta el día de la exposición.
— ¡Pero es injusto…no aguantare la curiosidad! — le dice.
— lo lamento, linda, pero quiero sorprenderte también…
— Pero…vamos… no seas así…— le dice jugueteando con el.
En eso que juguetean Eduardo la toma en sus brazos y ambos se paralizan, un silencio los envuelve mientras se miran fijamente, primero a los ojos, después a sus labios, entonces Eduardo Besa a Dafne, beso que ella corresponde.
— Perdón…— dice Eduardo soltándola y alejándose— yo…fue...un arranque… — sonríe avergonzando…— creo que… por un momento los ojos del artista se fueron y regresaron los de el hombre...yo lo lamento, daf.
Dafne también sonríe algo avergonzada.
— No te preocupes…. He… sabia que pasaría — dice borrando su cara de vergüenza — si, es decir... Soy una modelo irresistible... ¿No? — se acerca donde estaba su ropa.
— Bueno, eso es cierto… entonces…
— No te preocupes… a decir verdad… me gustó ese beso.
— ¿Ah si? — le dice Eduardo.
— Si, es decir… no besas mal. — le sonríe.
— tu tampoco… —le responde con otra sonrisa.
— Ahora... ¿Que tal si vamos a almorzar? Para celebrar qué ya prácticamente esta listo el cuadro. — dice vistiéndose.

— Si, por su puesto…—se acerca a su lienzo — solo déjame cubrir esto y…. nos vamos.

Continuara...
Franckpalaciosgrimaldo19 de febrero de 2011

5 Comentarios

  • Norah

    Bien, cada vez mejor, potencia en los decires y en el definir personajes, en verdad deseo seguir este decir, un logro el título.Beso.

    19/02/11 05:02

  • Norah

    Bien, cada vez mejor, potencia en los decires y en el definir personajes, en verdad deseo seguir este decir, un logro el título.Beso.

    19/02/11 05:02

  • Norah

    Bien, cada vez mejor, potencia en los decires y en el definir personajes, en verdad deseo seguir este decir, un logro el título.Beso.

    19/02/11 05:02

  • Norah

    Reitero, cada vez me gusta mas.Saludos.

    19/02/11 09:02

  • Norah

    Reitero, cada vez me gusta mas.Saludos.

    19/02/11 09:02

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