El mar se encuentra en calma pero no hay viento suficiente.
Solo el sonido de un bote al navegar, rasga el silencio en el agua tan temprano. Y la vista naufragada puesta en el horizonte de un marinero sin rumbo ni estrellas.
Algo le sucedió entre Enero y Junio que desapercibida su mirada aconteció un instante a tierra. Se giro sobre si mismo convertido en el mismo diablo. Sin pretensiones de volver nunca y de no mirar atrás. Ahora, viaja despacio hasta el final del abismo.
Que le hizo echarse a la mar sin armarse de reservas y víveres? Y a tanta prisa?
De donde sacó la valentía de enfrentarse así de desnudo a la madre naturaleza?
Quizás ha sido el miedo lo que le ha dado la valentía necesaria y el poder de convicción necesario para no echarse nunca mas atrás. Pero, porque?
Dejándose entrever el amanecer del sol, un rayo de luz comienza a manchar su rostro ultrajado y frío.
Y la claridad del día deja ver como flotan diamantes en el agua.
Como el habla de las olas se convierte en melodía y en perfecta armonía para navegar.
Apoderado de asombro como si de una pesadilla despertase, y solo un instante, duda de estar donde está e inspira un último suspiro. De nada sirvió… Ahora viaja despacio hasta el final del abismo.