Perder la cabeza o el corazón
Padre nuestro que estas en los cielos
A ti reza un ruego cada día el anhelo.
Bendita sea tu voz que nos ha de orillar.
Bendita sea tu amor que nos ha de colmar.
Por ti
Sagrado corazón
sangran las heridas y sanan los pecados
Por ti
Amar es inexplorado
interminable rosaleda que perdura.
Es a nosotros
un sueño
Dormidos creemos que estamos despiertos
Es a nosotros
un centinela
Nacer, crecer y morir
Pues, amar por la alameda nos queda.
(Hacia Santiago camine el camino
Dispuesto a marchar
Solo y sin amigo
Con mis manos en un puño
Y con la conciencia reclamando una audiencia
Para nada podía imaginar
Pues al llegar, ya me habías perdonado.
Estaba dispuesto a pedirte explicaciones de mi desgracia.
Y en el transcurso del camino vi tu gracia, tu amor y tu claridad.
Solo hizo falta llegar a Santiago para tener respuestas.)