Ayer soñaba con un hoy ausente;
palacios de crital sobre la fuente eterna
del soñar constante.

Y allí, entretejida como una crisálida,
tus pies delataban tu ausencia material.
Un leve gesto de tu mano señalaba la hora
y el piano culminaba el ritmo con tu mismo silencio.

Persistencia de la memoria ausente; hoy no vibra
la cuerda pulsada, ni el verbo grita hacia el horizonte.
Aclama la integredidad de la palabra y el sentimiento
se ausenta, como tú,
de este momento.

Con un solo gesto de tu mano
borras hoy, el ayer sentido.

Cae la tarde y el camino siente la ausencia de tus pasos.
Nada ocurre, nada yerra, nada siembra los campos
de amapolas rojas, como labios, como besos,
como evocadoras constantes de un amor
que quiso ser desesperado.

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3 Comentarios

• 

  Macabru

  ¿hoy toca verbo ligero??... te has marcado un tag muy tierno y esta vez sólo he tenido que leerlo 1 vez.
  
  Bss

  10/11/11 09:11

• 

  Aroint

  A esto me refería en la respuesta a tu comentario en mi poema de ayer. Sutileza, delicadeza, pintar una imagen en la mente del lector con finos trazos de insinuación... todo eso, y una profunda y melancólica belleza, es el regalo que nos ofrecen tus versos. Magnífico poema.
  
  Saludos cordiales.

  11/11/11 11:11

• 

  Benjamin

  Qué bello texto lleno de dulzura... Un simple gesto que puede cambier el mundo retratado en unas letras brillantes y pausadas... Gracias por escribir así, y muchas más gracias por compartirlo... Besos...

  14/11/11 06:11