A veces es tan raro sentirte tan cómoda hablando con alguien aunque hayan pasado meses sin hablar... esa comodidad que no con todo el mundo sientes y que lleva a una complicidad que a veces tanto extrañas... Y es en esos momentos en los que mejor me siento que algo dentro de mí me alerta a tener cuidado... que la comodidad y complicidad llevan a la conexión, al cariño y a echar de menos... algo que no me puedo permitir con ciertas personas y que no debo olvidar.
Pero la añoro tanto que podría hablar de cualquier cosa simplemente por el placer de hablar durante horas.
Y esa dualidad la de añorar y la de no querer sentir, es la que te hace quedarte pensando que hacer para no sufrir& no más dolor, ya que no merece la pena porque sabes que vendrán esos meses sin hablar quizás no mañana, ni dentro de un mes pero son inevitables.
Y dicen que la vida no es solo blanca o negra, sino que hay una gama de grises donde encontrar el punto intermedio& quizás es que no he aprendido a ver esa perspectiva porque creo que solo hay dos opciones y las dos me parecen igual de incómodas.
¿Querido destino no sería más sencillo que sintiera esa comodidad con otras personas nuevas? Porque añorar algo cuando quizás puedo volver a sentirlo en otras circunstancias con otras personas.
Me gustoo!!