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Vieja Guardia: Capitulo 2.

¿Volver?

Dos semanas después de la cena con sus ex colegas, Andrea Pirlo tomaba un baño caliente, en el que había entrado en estado de trance.

Recordaba lo que se había hablado en la reunión, analizaba la superficie de la idea.

Carles Puyol había arrojado algo muy inusual a la mesa: Volver a las canchas.
No como entrenador, ni auxiliar ni consultor deportivo o cazatalentos. Sino devuelta a las canchas como jugador profesional.
Puyol había reído al dejar a los demás mudos. "Piénsenlo caballeros, por el momento les dejo la idea flotando a su alrededor, seguiremos en contacto".

Al principio las opiniones de Zanetti y Lahm habían catalogado la idea como absurda, pero pasó poco tiempo, dos días aproximadamente, Zanetti telefoneó a Pirlo. Le dijo que había considerado lo que Puyol había propuesto. Le informó que Lahm se mostraba indeciso, continuaba pensando que era una locura, pero de considerar una idea como absurda a estar indeciso, era una brecha inmensa ya recorrida.
La premisa que avalaba lo absurdo era que, una vez retirado, ningún futbolista pasa a volver a serlo; pero lo que los hacía replantearse la situación y dudar era que, en realidad, nunca se deja de ser lo que te empeñaste tanto a ser, ¿no?

Pirlo al igual que Lahm estaba indeciso. Ni siquiera quería plantear la cuestión con su familia. Ya tenía algunas ofertas en puerta para dirigir fuerzas básicas de algunos clubes, incluyendo Milán y Juventus. Pronto podría dirigir al primer equipo de algún equipo grande al obtener licencia de director técnico, sin tener que trasladarse a otro país a buscar trabajo.
Pensaba en las razones que lo habían llevado a retirarse. Su cuerpo ya no respondía como antes, le costaban más los entrenamientos y estar los 90 minutos en el campo. No tenía la agilidad de sus veintes y comenzaba a sobrar en las alineaciones. Son las razones usuales para un jugador de cualquier deporte.
En éstos tiempos futbolísticos se puede extender un poco más la vida de profesional antes de llegar a la jubilación, que fue lo que había hecho que Pirlo se retirara a los casi cuarenta años.
Y se preguntaba, ¿se puede extender un poco más?

Por lo pronto, Pirlo, Zanetti y Lahm, debían y lo hicieron, averiguar qué más quería decir Puyol con su propuesta. Roberto Carlos también estaba inmiscuido según había dicho por teléfono.
Estaban haciendo historia con el simple hecho de sentir curiosidad.

Días después, alrededor de veinte personas del ámbito futbolístico recibieron unos extraños paquetes que no habían solicitado. Además de su relación con el deporte, lo segundo que tenían en común era que, sin excepción, todos eran futbolistas retirados.
Jaquez02 de enero de 2018

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