Con los pies a remojo mientras pescaban, mirándose con ojos encendidos de luna, hablándose con voces apagadas de antaño, acariciando recuerdos heridos por la tristeza del paso del tiempo, venteando sombras de mariposas que soñaron con dragones, sobreviviendo a duras penas; se dejan llevar por la corriente.
Y así, rozando el bruñido espejo de aquel lago que los une y separa desde niños, los dos ancianos suspiran al unísono, sin darse cuenta de que el amor sigue allí, junto a ellos, como siempre, vigilando que nada ni nadie se atreva a internarse en el bosque de su más profundo e íntimo secreto.
Tienes una habilidad para crear una historia en tan pocas líneas, te basta para que visualice la historia completa, mi imaginación corre con tus micros.
Un placer leerte siempre Juca.
Gracias, Voltereta. Gracias, Remi. Siempre es un placer leer vuestros comentarios. Me alegra que disfrutéis con mis micros, eso me ayuda a seguir escribiéndolos. Un saludo.
Seguramente en eso consista la vida, dejarse llevar por la corriente y no dejar de ventear las sombras de antiguos sueños hasta el final.
Me ha encantado leerte.
Un gran abrazo