Pétalos manchados,
por golpes funestos, cual
vorágine de un
mar silencioso, nublado
y desolado.
Gotas de diamante
oscuro por tu tallo triste,
al caer brotan de este,
un sensualismo, triste
y emporcado.
Débil estas, por tus
heridas mortales,
lúgubre tu pistilo marcado;
tus hojas levantadas
hacia el firmamento, para
poder lograr al fin,
un amor sincero.
El infinito eterno,
oscuro y melancólico,
ah invadido tus raíces,
la savia esta mezclada,
con lascas de tu
amor fracasado.
Tu enojo se ha convertido
en llanto, tus sonrisas
en tristes suspiros;
la primavera ha fenecido,
un largo otoño
te aguarda; hasta que
el clavel que te daño,
te brinde nuevamente,
los rayos de su eterno amor.