Se oye el silbar de la brisa,
dulce cantinela tempranera.
Susurro del viento que espera
arrancar con sus versos sonrisas.
Batiendo sus alas de libertad,
goza del paisaje a su paso
gritando tierna es la soledad,
hasta que la luna presencia el ocaso.
Alma de la naturaleza
que va y viene soplando
con aires de grandeza
lo que otros van dejando.
Bello es sentirle,
acomodarse en su abrigo
y todo lo bueno es pedirle
que no siempre traiga frío.
¿Que murmura en la distancia
que nadie sabe lo que dice?
Y en el soplar del viento
se puede oír una palabra que
dice: LIBRE, LIBRE, LIBRE...
Kapy:
Sentir ese viento en mi rostro y escuchar sus susurros es algo que deseo con todo el corazón.
Gracias por regalarnos tus escritos que saben a alegría, a vida.
Un gusto leerte.
Serge.