Él era un chico rico (niño rico= niño listo), educado en universidad privada, de alma de ipod y billetera de visa.
Nunca tuvo más que su Peugeot 306, sus amigos de vacaciones en Punta y su pyme que papá le regaló.
El hombre pobre se lo cruzó. El hombre pobre lo maldijo para sus adentros cuando el osado pordiosero casi lo choca manchándolo de aliento a vino en cartón y sueños perdidos...
Pero pronto olvidó la bronca. Se refugió en el 206 que era su microclima, enfiló por Lugones a la zona de los countrys. Quizás el finde se desentresara del todo yendo al spa con los compañeros de la facu.
El hombre pobre trató de olvidar los adjetivos "villero" y "croto", que lo habían humillado frente a veinte personas. Se subió al colectivo de la línea 306, pidió permiso al chofer para viajar gratis y el vehículo enfiló para los suburbios. Quizás el domingo ganara Boca.
