Has tenido la oportunidad de cerrar los ojos por un segundo y al abrirlos ver la viva imagen de la persona que anhelas con todo tu ser allí, cercana y distante a la vez, cercana porque no la puedes sacar de tu mente y lejana por que al momento de inspirar nuevamente, desaparece.
Es una maldición auto-infligida recordar dia tras dia el fracaso, "El no esta..." y aun así, quieres luchar "No me corresponde..." luchar por amor, "No entiendo..." ese amor que es sutil, "¿Como al sufrir...",el regalo de Dios peor interpretado "...mas lo recuerdo?"
Patricia toco el timbre con su mano temblorosa.
-¡Ya Voy!- Grito desde adentro la señora Daniella, que abrió la puerta mientras se secaba las manos con un trapo húmedo que no era viejo, pero tenia experiencia en secar cosas.
-¡Paty!, buenas tardes ¿como estas?- Dijo la señora Daniella mientras la abrasaba con cariño, como a los niños chiquitos.
- Bien, gracias, señora Daniella.- respondió Patricia, con igual afecto.
- Señora... Capas los dos se llegan a casar un día y tu me dices Señora, no no no, dime Daniella, con confianza.- Dijo ella mientras caminaba hacia la cocina. -¿Que te trae por aquí?- agrego Daniella con tono pícaro, mientras continuaba lavando los platos.
-Alberto...-dijo Patricia mientras en su rostro aumentaba la circulación periférica dándole un color rojizo a la piel. -...No... Yo quería...quiero ensayar el canto...-Agregó, con una voz serena intentando cubrir el error.
-Claro... termino aquí y ensayamos, dame un momento...- dijo Daniella sin voltear un segundo, como si ya conociera la reacción de Patricia luego de haber cometido un leve error de comunicación.
-¡Aaaay Paty! como te cuesta vivir el presente.- Se dijo a si misma durante la noche... como si al cerrar los ojos un segundo viera la viva imagen de la persona que anhela con todo su ser.
te recomiendo leer toda la serie, pero poco a poco, mi idea es que cada cuento tenga su personalidad y así lograr una historia amena.
El cuento esta servido... Que lo disfrute...