Una tarde cualquiera, un mes de varios,
Horas de tantas, escuché el sonido de la mandolina
Mientras unas manos delgadas giraban mi ondulada figura,
Hasta que me desprendí de mi madre. Y así esos dos jóvenes danzantes
Me llevaron hacia la colina de una torre alta y allí me quedé como fiel espectador, presencié una gran historia de amor, cada ínfimo detalle reflejaba pasión y emoción, sin rupturas acabadas en melodramas tan solo con un adiós.
Mientras unas manos delgadas giraban mi ondulada figura,
Hasta que me desprendí de mi madre. Y así esos dos jóvenes danzantes...maca, son muy bellos tus versos.Cariños.
Maca, me gusta como escribes. Y eres pragmática. Sabes comprender la vida tal y como es. Cosa que te libera y te vuelve sensata.
Te añado a mis amigos porque creo que vales la pena.