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La Celestina Ultrajada

PRÓLOGO

Sobre La Celestina. Todos sabemos que es “un clásico de la historia española”, nadie me puede decir nada por mezclarla con las miles de vergas del Apollinaire. Lo mismo les gusta más que el Quixot Català, porque tiene un “morbo”, que yo mismo quedo alucinado. Menos mal que soy “olímpico” y nos les pienso meter la “mierda” por internet. Pero yo soy así, quiero hacer un molino, y me sale un enano.
Volviendo al “tema”. Por un lado tenemos las vergas (indica verjas el word) del Apollinaire, que como imaginaran los expertos, serán muchísimas mas, hay mucha gente que no folla, y el país es grande. Y después la estructura del guión de Batman, que empieza al revés. Primero Batman Returns, y después Batman Begin. O sea primero vuelve, y luego empieza, una estructura ideal para liar a cualquiera. Eso da muchas posibilidades, si los americanos usaran sus chorradas para hacer cosas buenas, nos lo pasaríamos en grande. También lo mezclo con la estructura de “Cien Años de Soledad” del Gabriel García Márquez, otro clásico que me cargo, con lo bueno que es.


La Celestina con Overbooking. Capitulo I

La Celestina es una señora no muy mayor, pero la mala vida, el dormir en las calles, pasar hambre, violaciones, palizas, condenas en prisión por vagabunda y pequeños hurtos, habían hecho de ella, una sombra vieja y rayada como la telas con las que vestía.

Era anafalbeta, como la mayoría de los de su tiempo, no sabia leer, ni de números. Si sabe como era el oro, hacía lo que fuera por conseguirlo. No tenía prejuicios, había aprendido a ser mentirosa, manipuladora y delincuente. Su manera de sobrevivir, era esa, la mentira.

También era proxeneta y prostituta. Como proxeneta empezó a salirle mucho trabajo. El problema es que las mujeres de su villa, eran puras, católicas y castas. Los hombres también, pero a diferencia de ellas, les gustaba fornicar, o clavarla aunque fuera una vez al año. Las católicas decían: “No, que es pecado”. Y solo lo hacían 12 veces en la vida, y solían tener 12 hijos, como las tribus judías. Los que tenían 20 es porque los ocho de diferencia eran vástagos.

Fin del primer capítulo. Entregas semanales. Tal vez los domingos “El día de los Señores”. FUCK ON “Fornication Under Consentiment of King” ¿Verdad o mentira?


Marcel•lí Miret El Quixot Català, Caballero del Olimpo y de los Campos Eliseos




La Madre de La Celestina.

La Celestina, la vieja proxeneta, era hija de una ramera que nunca conoció a su padre. Su madre no supo distinguir entre los más de cien mil hijos de San Luís. Ni siquiera se acordaba de los burros, caballos y perros, que la habían montado.
A los que había hechos felaciones y lluvias amarillas.

En aquellos tiempos el acido desiborrunucleiclo no se le conocía. (Si son del tiempo de La Celestina, no sabrán que acido es, no les pienso ayudar poniéndoles las siglas, búsquense la vida, como la ramera esta). A Mendel ni se lo mencionaba y eso que conocían a los conejos. Y la genética, solo estaba reservada a los jinetes, y a las “guineus” (las zorras) en catalunya. La gente podía nacer por la cara (véase el caso no probado de la Sagrada Concepción y su madre). Y de la misma manera se la reconocía: “Tu te pareces a tu padre (eres un ladrón). Tu te pareces a tu madre (eres una ramera).Tu te pareces a tu tío (eres un violador de menores). Tu te pareces al Caudillo del pueblo (eres un cornudo)”.





Antropología de la Celestina

Si te había follado un toro, como es el caso de La Celestina y la ramera de su madre, solía salir un Minotauro. Si se te ha follado un caballo, salía un centauro, y si te había follado una cabra salía un sátiro, Pindaro con un chivo tocándote la flauta. Si salías borracho te llamaban hijo de Dionisio. Y si salías bueno te llamaban hijo de Apolo. El que fue a la luna en fotografías trucadas. Como dignos hijos de generaciones y degeneraciones de Celestinas cruzadas con todo tipo de cosas, vivas o muertas. (Esto no es para menores, La Celestina esta llena de crueldad, traiciones, engaños, abusos, un poco como la hija de la Política).

Política suena a Polis. Los “polis” se han convertido en los hijos de La Celestina. Los “Polis”, no son policías, pero su origen es el mismo que el de los “políticos”.
“Las polis”, no son el cuerpo femenino de la policía. ¿Les digo lo que son o los dejo con la duda, que prefieren? Seré bueno, no quiero pasarme con los listos.
“Las polis” son las ciudades griegas, también conocidas como ciudades estado.
Lo mismo sabían lo que era la “autogestión”. Y estos “políticos”, están por las nubes en vez de estar por las “polis”.

Cristo, no salió en los “periódicos romanos”. Que eran como los de ahora con “anuncios de emperadores, actuaciones de circo en la tele, y anuncios de rameras” (Esta palabra no la conoce el word, lo han programado para guarderías).
Asterix y los galos si que salían, supongo que por las tortas que les dieron. Hasta que un periodista deportivo llamado “Mateo” Prats, seguro que familia del Olímpico Matías, escribió los cuentos en parábola de los evangelios. En aquellos tiempos las hadas eran ángeles, y los dioses se parecían a Zeus, y Zeus se parecía a los humanos, porque los puteaba mucho, por eso lo temían. Lo mismo les enviaba una gota fría, y se morían todos del resfriado. Al final tuvieron tantos dioses que el emperador les tenía que hacer leyes y ponerles semáforos. Y “pensó”: “ya que los tengo que controlar, seré yo el Dios de todos estos capullos.
(Capullo si que era).


Fin del segundo capítulo. Entregas cuando me de la gana. En Domingo, que es Sagrado, me hace mucha gracia. “El día de los Señores”. Tengo licencia real para “Joder”.

FUCK ON “Fornication Under Consentiment of King” ¿Verdad o mentira?

PROBLEMAS CON LA CELESTINA

Tengo un Word (¡cabrón!, acaba de ponerse la”W” en mayúscula por la cara, parece que me espía). Ese Bill Gates esta follaó del coco. Ya ha subrayado “follaó” el maricón. Me da como opción: “follas” o “folla”. ¿Eso es una invitación para que me lo folle?

La palabra “felación” no la conoce, me sugiere: “delación, relación y velación”.
Anda que el sistema de sinóminos (en sinóminos: me sugiere:”si nóminos” y “sino Minos”, de verdad que nos le engaño, va que ni pintaó: “pintad, pintan, pintar, pintas, pinta en colores”). Además lo he escrito mal no es “sinómino”, es sinónimo. Al final va a salir el gran hermano nominando con sinónimos de lucro.

Cornudo, tampoco sabe lo que es, me da como opción “carnudo”. Esto lo ha programado la Cia de la teleafónica (ya tengo Cia y la teleafónica subrayadas).
Junto a algún asesor puritano de PBI (el mamón no subraya PBI, esta zumbaó, o sabe de economía: zumbad, zumban, zumbar, zumbas y zumbió). Eso debe ser Sevillano “se zumbió al tejaó, el muy zumbaó”. Lo del tejaó no lo miro.
No sabes nada de idiomas Word (salta mayúscula). Como te pille uno de esos que escribe en plan móvil, te deja rallaó de por vida. Parece latín: rayad, rayan, raya, rayas y Callao. Es verdad esta más fumaó que un canuto en un botellón.


Villa Marranos y Villa Conversa primer episodio de los cuarenta mil huno.

Villa Marranos de arriba, estaba enfrentada con Villa Conversa de al lado. El problema era la distribución de mandatos del Rey para FUCK ON y la distribución de los carteles, por la Diputación de los tiempos de la Celestina. Que aun funcionan igual. Los ayuntamientos, las generalitats, los condados, los ducados se los fumaban y valían lo mismo que un Winton Churchill quemao. Y así iban los doscientos mil, cien mil por villa, y tiran con mantequilla. Los papeles se habían pedido veinte años antes.
Como eran visigodos cambiaban los reyes, como el que cambia cromos. La mayoría morían por defunción sangrienta. A otros los ahogaban, los que tenían suerte en vino, y los pringaos, en meaos. Tenían un ministerio de la tortura y otro de la dulzura. El de la dulzura era una casa de citas. Al otro si ibas, ya no volvías. En esto estaban los doscientos mil, mas el burro y la mula. La mula era de Villa Conversa de al lado, y el burro de Villa Marranos de arriba. Los de Villa Marranos de arriba, también eran judíos como los conversos, pero se meaban en las paredes de las casas de los Villa Conversa de al lado. Al otro lado de Villa Conversa, estaba el Vaticano, agarrándola con la mano a un tal mengano, que con los años pasó a llamarse butano. Ahora lo llaman gas ciudad.
Los ciudadanos de Villa M y los de Villa C, estaban tan quemados, que por donde pasaban sucedía lo que con Atila, la hierba se quemaba. Hasta los árboles se encendían, más que hombres parecían mecheros con una cerilla de medio metro entre las piernas. Se frotaban hasta con los erizos. Si veían una mariposa volando, se la cepillaban, sin pasar por la iglesia.
Los peces salían corriendo fuera del agua. Para que no se los cepillaran, se inventaron los peces volantes. De aquí viene el dicho “que te folle un pez”. Supongo que los peces hartos de abusos y tocamientos, se rebelaron y acabaron tirándose a los doscientos mil juntos. Debió ser como la pesca del atún, pero al revés, los atunes los pescaban y les daban por culo. A uno se lo follo un tiburón, y en venganza lo pescó y lo puso en formol. Junto a las momias de su familia.

El traspapeleo del FUCK on

Como todos ustedes saben, tanto en Villa Marranos de arriba como en Villa Conversa de al lado, estaban los ánimos encendidos. Los secretarios visigóticos de la Diputación del rifle, habían traspapelado todos los certificados de nacimiento, en su última borrachera masiva.
Lo típico, se volcaron las estanterías de los archivos, al clavarle uno los cuernos del casco, aunque lo mismo solo era un casco con agujeros para que pudiera ponérselo. Acabaron tirando los papeles al aire porque no tenían serpentinas, ni matasuegras. Ya las habían matado a todas.
Por la mañana, mientras dormían la borrachera, entró un rebaño de cabras y se comieron los trozos de papel, y todos los folios que quedaban enteros. Las migas ya se las comieron las cucarachas y los restos de cerveza, los perros y los gatos. Cuando llegaron los toros, ya no quedaba nada y se tiraron a los administrativos visigodos. En esas estaban, a punto de que el nuevo rey, Federico descendiente de Alarico (me marca “alarido” el inculto) y de Casibelauno (aquí no se atreve a dar sugerencias, el word es un acojonado). Reinaba en su casa, porque si salía le cortaban el cuello, siguiendo la costumbre y obligaciones de los bárbaros hacía sus autoridades.
Era la primera ley, “si ves al rey cárgatelo y quédate con su corona”. La segunda ley era: “cárgate al que se ha cargado al rey y se ha quedado con la corona y quédatela tu”. La tercera ley ni les daba tiempo a aplicarla, ni a aprenderla era: “cárgate al que se ha cargado al que se cargó al rey y quédate con la corona”. Ahí se hacían un lío y creaban una dinastía nueva. Ahora mejor no decirle ni pío al Rey. Y no tocarle las narices, que cuando se enfada salen chispas del Palacio, como los fuegos artificiales hechos con ordenador de la ceremonia China.
Cuando tenían que matar a un rey decían: Maricón el último. Y se lanzaban en masa, después pillaban al último y le daban por culo, hasta dejarlo tibio. Luego llamaban al toro para finalizar la faena. De ahí nació Europa realmente. Fue un toro polaco que se tiro a un vikingo y no a una mujer.

Menos mal que Polonia es Catalunya (he agregado Catalunya sin “eñe” al word para que se joda y no me joda más con la “ñ”), así no tendré problemas con los polacos, como mucho con los de Crazyovia. Que cada día les cambio el nombre, al final no van a saber ni como se llaman. ¡Corten! Estopolonia, ¡toma mala!


Los representantes del Fuck on

Un representante de Villa Marranos y otro de Villa Conversa, el burro y la mula.
Se presentaron a las oficinas del castillo envuelto por quinientas mil capas de murallas circundantes. Llamaron a la puerta, y no abrió nadie. Siguieron llamando hasta que se les hizo de noche. Aprovecharon para dormir. Pensando que si los funcionarios, no trabajaban de día, pues de noche ni soñarlo. A las ocho de la mañana del día siguiente volvieron a picar en la puerta, que por cierto media doscientos metros de alto por cincuenta de ancho. Para abrir aquella puerta se necesitaba un ariete de veinte metros de diámetro. Más o menos como el ariete que tenía el burro. Pero no lo podía utilizar para quebrantar una puerta. Así que aprovechó el subidón para darle un repaso a la mula. Así se pasaron dos semanas, el burro empalmado y la mula contenta. Pero aún seguían sin conseguir que nadie los atendiera. Se habían comido toda la hierba que rodeaba a la muralla, y la verdad, la paciencia se les acababa.

Hasta que pasó un jardinero, les pegó la bronca por comerse las margaritas y los cactus. Sobretodo los mejicanos. Los obligó a replantar un bosque de quinientas mil hectáreas, y cuidarlo hasta que los árboles tuvieran veinte metros. Así se pasaron veinte años. Lo malo es que se los comían a medida que iban creciendo y el bosque quedó como al principio. El jardinero les volvió a pegar la bronca, se cobro los árboles en especias, haciendo un trío con el burro y la mula, durante otros veinte años. Cuando ya estaban más refinados que el aceite de colza, se acercaron otra vez al castillo. El castillo, ya no estaba allí, habían trasladado “las oficinas”, al otro extremo del país. Porque el rey visigodo nuevo, vivía en otro lado. Había matado al anterior a distancia, con un satélite de rayos láser. Lo mismo era un Sith, en vez de un visigodo.

La odisea folladora del burro y la mula

Estuvieron diez años para llegar al otro extremo del país en auto-stop. Les paró un carro de bueyes cargado de centeno. Los bueyes metieron al burro y a la mula entre el centeno y se la metieron.
Tiraban del carro el burro y la mula, mientras los bueyes se los iban jodiendo. Así pasaron sesenta mil kilómetros, clavándosela en los baches. Si ya sé que es más que el diámetro del planeta tierra, pero es que se perdieron muchas veces. Ya que el carro no tenía amortiguación, lo amortiguaban con las vergas. De vez en cuando, les metían los cuernos por el culo para que pusieran el turbo.
Ese fue el transcurso del viaje, solo paraban a hacerse pajas en las gasolineras. Unas seis mil.
Cuando llegaron al emplazamiento del castillo, ya hacía cinco años que lo desmontaron y se lo llevaron al Polo Norte, porque el Rey quería huir de los asesinos en masa. En el Polo Norte salió del Castillo para ir a cagar, y se lo cepilló un oso Polar. De esta manera el oso se convirtió en Rey.
Los visigodos tenían una ley que prohibía matar osos. Porque tienen más cultura. Los osos saben bailar, subir escaleras, a los árboles, etc. Para los visigodos esas cosas eran muy complicadas, por eso preferían que les llevaran los papeles y la administración. El oso reinó, hasta que lo vio un indio y se lo comió.


La evolución asexual. (Metamorfosis y Hermafroditas)

No se cuantos años llevaban esperando los ciudadanos de Villa Marranos de arriba y de Villa Conversos de al lado, aun no los he contado, ni los pienso contar, porque los visigodos no tienen calendarios, a que el burro y la mula volvieran con los certificados aprobados del Fuck On. Por cierto el burro se llama Platero y la mula, Francis.
Eran muchos años que habían pasado haciéndose pajillas en los pajares. Eran tantos y tantos años que su organismo había evolucionado. Donde tenían las orejas, les salieron agallas, debido a su folleteo con los peces. Donde tenían las cejas les crecieron antenas cartilaginosas, debido a la fornicación con libélulas y mosquitos. Las manos les desaparecieron por el desgaste del bombeo y zambombeo a las que estaban sometidas, también debido a tirarse las serpientes. La ropa ya no la necesitaban, se arrastraban por el suelo y comían raíces y hierbas, como los gusanos a los que violaron.
Aparte del traspapeleo del Fuck On, también se habían traspapelado las pensiones, las pagas de Navidad, los subsidios, el mantenimiento de los funcionarios.
Dejaron de funcionar las escuelas, los juzgados, las iglesias, la construcción, etc. Lo llamaron crisis, pero solo era falta de celo y dejadez por parte de los estamentos visigóticos, herederos de los emperadores ególatras romanos. Aquellos se habían autodestruido con la corrupción, pero estos sabían convivir con ella y sacarle provecho. Se autoproclamaban “especuladores”.


El lobo chupóptero

Volvían del Polo con las pezuñas vacías, tanto el burro como la mula se sentían decepcionados. Sus representados dejarían de tener fe en ellos y no los elegirían en las próximas elecciones. Los días de los burros y las mulas se precipitaban hacía el ocaso.
En esto, que entraron en un tupido bosque. A ellos les pareció mas estúpido que tupido, pero no se les puede llevar la contraria. Vieron un follaje y les pareció un sitio estupendo para follar. Cuando el follaje quedó desflorado, decidieron acabar de follar y seguir su estúpido camino.
Se encontraron a un lobo. El lobo les preguntó que hacía dónde iban, y ellos les respondieron, que iban a ver sus electores que ya serian abuelitos. El lobo les dijo que sabía de un camino mas corto, el burro le respondió que el la tenía muy larga, y se la metió en la boca para que se callara. Pero los dientes del lobo estaban muy afilados y el burro sintió el bocado. Un trozo de su miembro perdió en el altercado, y del dolor empezó a dar brincos y a rebuznar en inglés. La boca de aquel lobo era más grande que la de un cocodrilo, y chupaba con fuerza parecida.
La mula encolerizada mordió el miembro del lobo con ahínco de todos sus dientes. Y allí quedó colgando, como un vulgar gusanito ensangrentado.
Acabado el dolor, allí mismo se lo tiraron, sin follaje ni nada, en mitad del bosque, mientras una lechuza medio despierta contemplaba la escena, con sabiduría y cautela. No fuera que por descuido se la tirara un gato, y después se la comiera. Al gato.

Técnicas para escribir la Celestina Violada, sin decir palabrotas

Como todos sabéis los ordenadores son unos niños muy buenos y no incluyen palabrotas en su diccionario de corrección de textos. Y claro, o las escribes mal, o las tienes que agregar. Lo mejor es no decir palabrotas y decir palabras que podríamos llamar de camuflaje del pulpo. ¿Habéis visto algún pulpo camuflarse?, pues si lo habéis visto, no era un pulpo. Porque los pulpos no solo copian el color, también copian la textura. Una textura es una superficie arrugada, sucia o moteada, y abarca todas las formas conocidas.
Por ejemplo podéis decir: se la he metido hasta el fondo. Aquí no hay ni insultos, ni palabrotas. También podéis decir, le he metido la broca por el deshollinador y se ha quedado a gusto. Ahí esta todo correcto. Más frases: la meneé bien meneada, la pasé por el turmix, la metí en la nevera para que le bajara la temperatura, la saqué por la ventana y la metí en la boca de riego. Es una escena doméstica.
También se puede hablar de cocina y no se subraya nada. Otro ejemplo: Me hizo una comida excelente. Lo que mas me gustó fue el postre. Nata con mantequilla. La mantequilla se deshacía entre sus dedos y después se la metía en la boca.
Es una receta como mínimo del Adriá y del Argillano.
No se si seguir con la lección, se os va a poner dura la vida. Bueno, un poco mas y os acabo la faena. Esto también se puede usar cuando se habla del campo. Ejemplo: He plantado un rábano en medio de la patata. He ido a por peras y he acabado cogiendo higos. He ido al huerto y me he encontrado a la hortelana en bolas, le he metido la mía hasta el esófago.
Es un lenguaje coloquial que se adapta a todo. Por ejemplo. Si estas en la selva, puedes decir: he visto a un mono comiéndose un plátano y después se lo metía a la mona por una oreja. También puedes decir: me he tirado a la montaña, me he tirado al bosque y me he tirado a un trampolín.
En la piscina, puedes hacer la piragua bajo el agua, colear como una ballena, darle jabón a un caracol, o comerte unas ostras con olivas.
Esta tirado. Probarlo y veréis es muy divertido. Podéis hasta jugar, el primero que diga polla, chocho, coño o pene. Pierde y paga la cena.

(“Chocho” no estaba, este ordenador no sabe ni lo que es, que mal estamos).

La escasez de doncellas mancilladas

La Celestina había sido violada durante dos centurias, con todos sus centuriones, por los ciudadanos de Villa Marrano de Arriba y Villa Conversos de al lado. Aprovecharon su cavidad vaginal para empotrar un túnel de las AVES, también aprovecharon el burro y la mula, para empotrarla a ella.
Fue el precio que tuvo que pagar por no tener doncellas mancilladas, ni sin mancillar. La única doncella que encontró fue “La doncella de la Costa”, que me parece que está en la costa brava. Allí la cepillaron y la remancillaron con mantequilla, por dentro y por fuera. Como a una albóndiga o una croqueta. La harina no le faltaba a los molineros del corral.
Los gallos aprovecharon la huelga de las gallinas, para picotearle la patata a la Celestina. Se la pusieron con un tomate. A los cerdos les gustan los productos del huerto, y consecuentemente le comieron el tomate. Su calabaza le empezaba a doler. Ya era demasiado mayor para estos trasiegos.
Alguien tenía que encontrar para que se la follaran en su lugar. Encima el alcalde había puesto en fuga a las ninfómanas, amenazándolas con la virginidad. Aquello era intolerable, no se podía soportar, la humanidad era humana y necesitaba dar y tomar.
Ya que no había ni damas, ni rameras en el lugar, las tendría que importar. Miró en el internet de los visigodos que era a través de fotos hechas con carbón, o reproducciones de sus abuelos con los cuernos puestos, en las cuevas de Altamira.
Mas o menos todos eran igual de feos, para distinguir un macho de una hembra, sólo tenías que fijarte en si llevaba cuernos. Si llevaba cuernos era macho y si no llevaba era hembra. En todo lo demás se parecían, ya que tanto ellos como ellas se recogían las melenas con coletas y trenzas, y las barbas lo mismo le medían. Las bragas no las usaban, las de cáñamo eran resistentes. Las de acero se oxidaban con frecuencia. El acero inoxidable no se conocía y las orinas eran como ácido que merendaba hierro. Cada dos meses tenían que ir al herrero, a que les cambiarán las bragas y las herraduras. Y a los maridos, los cascos abollados y les hicieran un afeitado de cuernos.


La aparición o no, de las lagarteranas


La noche esta llena de luna, y la luna esta con un cabreo que no se puede aguantar. Es la única mujer que hay en la tierra y en el cielo, y los ciudadanos de Villa Marrano de Arriba y Villa Conversos de al lado la querían alcanzar. La Celestina huyó para que no la dieran más. Era muy puta pero aquello no lo podía soportar, doscientos mil polvos al día, no los produce ni una factoría.
Los ciudadanos hacían torres humanas para llegar a la luna, pero no sabían y se caían unos encima de otros, clavándosela donde podían.
En esto que unas extranjeras pasaron el lugar. Una era francesa o inglesa, o alemana o china, era espía y nadie sabía por donde pillarla. Su nombre Matahali. La otra estaba huyendo de un amante calenturiento que portaba una lanza de dos metros entre pierna y pierna, lo llamaban Don Quijote, “el empinado de la mancha de semen”. En estados unidos se dejaban de rollos y simplemente lo llamaban Bill.
No se si sería por la pistola, o el trabuco de Billy el Niño, o por Billy el Gato, o por Bill el Clintonis. A ella simplemente la llamaban “La Dulcinea golosa”. Me parece que es porque tiene una fábrica de peladillas, junto a un antiguo visigodo facha y cabrón llamado “Tolente XXIII”.

La Matahali embolicada en celofán.


Los cornamentados administrativos de la Diputación del Rifle, tenían todas las fronteras de Roma infectadas de ciervos con casco. Se había filtrado que la Matahali había vendido secretos a los Chinos, para invadir Visigodilandía. El servicio secreto judío es el que se chivó a los chivos godos.
Escapó de China por un agujero que encontró en la muralla, me parece que era de una cloaca. Lo sé por el olor que desprende.
Para llegar a la península goda, tuvo que atravesar Mongolia, La Patagonia y luego entrar por Colonia, torcer hasta Polonia, tomarse algo en Colombia, y pasarse por Cracovia a recoger la lista de la compra del Toni Solé. Este también es patrón de los animales, animales políticos los llaman. Después de una catatonia, y una estereoscopia, la dijeron que estaba bien para seguir haciendo de espía. Entonces se presentó en Catalonia.
Aquí aun no le han dado a nadie, porque no la han pillado, pero en los tiempos muertos le dan al manubrio los teutones del Danubio, y al palo los del puerto de Palos.
Para acabar de escribir porque estoy cansado, diré dónde y cómo la pillaron.
Fue en el arroyo, mientras hacía un bollo. La cogieron por detrás doscientos mil vándalos y se le quedaron pegados como desatascadores del baño. Aquello no se iba ni con agua bullendo.
Tuvo suerte que tenían que hacerle un juicio por ciertos papeles rotos que le presentó a un diputado. Eran microfilms de la guerra de los golfos y el cornópata de su jefe estaba implicado. Nunca la habían pillado con las manos en la masa, ni siquiera la masa, cuando le robó la fórmula de rayos gamma. Ella misma le dio las pruebas a su delator y consiguiente verdugo.
De momento se salvaba, la encerraron en una torre del castillo. En el piso doscientos mil puerta derecha. En la puerta colgaron un cartel en el que se leía:

“Reserva del año, no lo sabemos, no hemos inventado el calendario”, pero nos la reservamos, hasta que se nos ocurra algo original que hacerle, que sea malo y divertido a la vez. Así no nos volverá a espiar, ni a chivarse a nuestras mujeres de a dónde vamos cuando se acaban los partidos de ciervos contra toros, y de bulls contra vacas. Ni les dirá que nosotros éramos las vacas que se tiraron los toros. Ni los ciervos que se los tiraron las pulgas. Ni las tortugas que se tiró la liebre.


La penitencia de la Matahali

Los cornúpetos, familia de los Capuleto, sabían de sobras que violar a la Matahali, sería un castigo demasiado placentero para ella. En China se había tirado a mil quinientos millones de samuráis con espada incluida. Y no quedó ninguno vivo para contarlo. Torturarla también sería un placer. Ella adiestró al Marqués de Sade, y fue la primera en darle por el tubo con un deshollinador de chimeneas.
Llamaron a un artista del románico, que propuso hacerle una cara nueva. Lo desestimaron, seguro que les quedaba guapa y todo. De momento la pusieron a fregar los quinientos mil pisos de la torre en la que estaba encerrada, con un cepillo de dientes y saliva.
Así se pasó quinientos años. Cuando ya iba por el piso veinte, la dijeron que se había dejado dos billones de motas de polvo sin recoger. Que las recogiera con un palillo. Ella les dijo que acabaría antes si le dejaban los cuernos. Le dijeron que se quedará calladita que aún se los meterían por la boca. Les tenía que haber preguntado ¿qué son dos billones? Lo más seguro es que la hubieran dejado libre mientras contaban dos billones de piedras.
Pero ella no piensa en los detalles, y le pasa lo que le pasa, que la pillan por pringada, con las manos en el pastel de nata. Y los labios empastifados y pegajosos. No le da tiempo ni a enjuagar. Y hala al trullo por los microfilms que no se comió. Si se hubiera comido los microfilms en vez del pastel, no se encontraría en esta situación.
Además tampoco consiguió la firma del Rey con la autorización para que fornicaran los conversos. No se, si sabe, que se han convertido en hermafroditas por su falta de eficacia. Tiene suerte que ha caído en manos de los vándalos administrativos visigodos franceses, son angelitos comparados con los conversos que ha dejado sin papeles.

Ella se calló, porque en boca cerrada no entran cuernos cabreros.
Para desanimarla, se paseaban por encima del suelo fregado, se meaban encima y no se limpiaban las herraduras cuando entraban en la torre.
Estaba empezando a tomarles cariño. Hasta sus pedos le sonaban bien. Los convenció para montar una orquesta sinfónica. Se llamaron los cornúpetas de los pedos gregorianos. En las misas, el personal quedaba mas asfixiado que en una manifestación disuelta con gases lacrimógenos, pero sonaban mejor que los órganos de fuelle romanos. Tenían sensibilidad. Sobre todo los que imitaban a las trompetas, con agudos muy altos. Las percusiones también las hacían bien. Pedos graves y contundentes. Para los platillos y las campanillas tenían más problemas, no podían usar pedos y las tocaban con los huevos. En Cataluña los llamaron “Los Pets”, pero no eran pedos, eran diminutivos de Joseph: “Peps”.

Record, ni usa sola palabrota, ni coño, ni pollas. Huevos y pedos, no son palabrotas. Así que esto pasa censura y no se hable más. No salen ninfómanas.

El proceso de la Matahali (dedicado a las secretarias en pena)

A la Matahali, no sólo la tenían en la lista negra los visigodos con cuernos de los toros que se los habían tirado.
En la puerta del castillo recogían número los servicios secretos internacionales, como si fuera la oficina del paro o la seguridad social. Los servicios secretos de países con emigrantes, no tenían ese lujo. Soportaban colas kilométricas para poder comprar un simple bono de autobús. Muchos se habían empadronado de esa manera, y ya no les daban tickets ni el metro, ni en autobús, les daban un sello y que se lo enseñaran al revisor.
Tenían más de mil ventanillas, todas colapsadas por supuesto. Todos se equivocaban y se pasaban los días de ventanilla en ventanilla, y tiro por que me toca. Les toca tirarse. Se cepillan unos a otros, se fuman un cigarro y de vuelta a la ventanilla, así hasta el siguiente día, el siguiente año, el siguiente lustro, y el siguiente siglo. Se quedaba todo sin hacer y aguas de borrajas.
La buscaba la Cia por hundir el Maine, el Fbi por no haber hecho la declaración de renta, Los expedientes X por marciana, el CSI por comerse un pollo frito, el Colombo por robar un donuts, la Agatha Cristie por engañarla en un crimen, el Tintín por pisar a Milú, El Heminway porque le pasó agua en vez de vino, El Capitán Tan al que le vendió un plano falso y se fue a la luna, El Capitán Trueno por una espada de madera cubierta de papel de aluminio, El General Custer por no haberlo avisado que venían los indios, Napoleón y Josefina, lo de waterloo también fue culpa de Matahali, Ivan el Terrible al que despertó de golpe, Rasputin por pasarle anís del mono en vez de arsénico, Hanibal el Caníbal por denunciarlo a los mossos, El Lucky Lucke por entregarlo a los Dalton cuando dormía, Calígula por comprar la guardia pretoriana, El Conde Drácula al que le dijo que mordiera una peladilla y era un trozo de mármol, a La momia desenvuelta, la desenvolvió ella y ahora se muere de frío, El Oso yogui al que echaron de Yellowstone y lo llevaron al Polo, El Correcaminos y El Coyote aliados por venderles bombas ACME defectuosas, Aníbal por traicionarlo en Zama y venderse al Madrid, La Armada Invencible por haberles vendido clavos de sal pintados de gris, en vez de clavos de hierro y velas hechas de papel higiénico, Fliper el Delfín flipao porque le vendió hierba en mal estado, El Bush porque le informó de que tenían armas de destrucción masivas, Billy el Niño con la pistola fuera por chivarse al Pat Garret, Torquemada, al que le quitó una bruja de fuego y le puso una torrada, el General Mac Artur por echarlo de Filipinas, le dijo “Yankis go home” y el repondió “Batman Return”, parecido al cruce del Rubicón de Julio César (Alea jacta es – La suerte esta echada) prometió que volvería a por ella, el David Civera inventó una canción para encontrarla “que la detengan es una mentirosa”, también fue la que firmó la sentencia “irrevocable” del Companys, el Antonio Gala por no devolverle un libro de poesía, ni un ejemplar de Platero firmado por Platero, el Zorro del desierto por quemarle la gasolina, el otro Zorro por zorra, la Pantera Rosa, por robarle el novio, a Stalín y Pinochet, les había vendido tanques sin cañones y sin motor. Los tenían que arrastrar con los testículos.
Los del Ku-Kus-Clan, la esperaban en la puerta con una cruz en llamas, bailando una sardana. Los de la KGB, también la querían mucho, le tenían preparada una bomba atómica en un yogurt. La Cia sólo quería interrogarla por el chivatazo de Bahía cochinos, y la guerra que perdieron por culpa de un mosquito tigre llamado Hochimin.
Tenían pruebas de todo, huellas de los pies, de las manos y de los codos, el iris del ojo, el agujero de la oreja del pendiente, el piercing secreto, y cosas íntimas que solo gustarían a los morbosos. La tenían mas controlada que a la becaria del Clinton.
Fotos, grabaciones, filmaciones, simulaciones, el ADN, cabellos teñidos de rubia, de morena, de pelirroja, y de color Alaska y los pegamoides. Y el testimonio de los mil quinientos millones de samuráis que se confesaron ante mil quinientos millones de monjes tibetanos.
Todos dijeron que se los había tirado ella, las espadas calientes así lo confirmaron y también tenían su huella y su firma rubricada y dedicada a cada uno de los cabrones a los que les cortó los cuernos.
Coartadas no le quedaban. Aun le colgaba un trozo de pastel de la comisura de los labios. No podía negar que se lo había comido todo, entero, y de un solo bocado. Menos los microfilms que la condenaban.


El descubrimiento de un nuevo mundo: Las secretarías

Las secretarías son un invento secreto de la guerra fría. La Matahali fue un prototipo de la primera guerra mundial, pero no llegó a titularse, solo la usaban como “chica de los recados”, para trasladar microfilms y servir los cafés. No diremos donde los ocultaba, por pudor. Lo mismo lo leen los Jesuitas y se enfadan conmigo por calenturiento.
En la guerra caliente, también influyen, pero las mas caliente es la que les dan sus hijos.
Al principio estaban prohibidas por “peligrosas”. No las dejaban leer, ni escribir, ni enviar e-mails (como ahora), tampoco las dejaban ir al cole. Y cuando fueron al colegio, fue a los conventos de monjas y separadas de los niños, para que no los pervirtieran.
Se parecían a la Cenicienta, pero descalzas y con calabazas adjuntas. Lo de las calabazas aun las persigue, tanto las dan como las toman.
El voto de castidad se lo levantaron en el tiempo de la minifalda, antes no las dejaban ni votar. Servían para trabajar, para cuidar a sus hijos y a los cabrones con los que se habían casado, pero no servían como ciudadanas.
En los tiempos de Torquemada y el Aguirre, no las dejaban ponerse minifaldas. Si se ponían minifaldas, las quemaban por brujas. Quedaba un poco feo llevar minifaldas sin haber descubierto aun la depilación, o estar prohibido aplicarla.
En vez de depilarse las lapidaban, costumbre que aun persiste entre tribus nómadas del desierto. Con barba si que las veían, pero las afeitaban como a los cuernos de los toros. Con una espada.

Las primeras secres arcaicas, me parece que eran monjas y vírgenes obligadas: “Las vestales”. Eran así de listos, o te obligaban a ser virgen hasta que te morías, o te obligaban a ser violada por toda la centuria. No conocían los términos medios.
Los romanos raptaron a unas que las llamaron “las sabinas”, ellas se vengaron poniéndoles la cena fría y la cama también. Por eso tenían tanta mala leche y eran tan asesinos, del cabreo que llevaban y del tiempo que se pasaban sin fornicar.

Después hubo una directora de biblioteca en Alejandría, a la que quemaron viva, supongo que por decirle a un Nibelungo que no hiciera ruido en la Biblioteca, ni bebiera cerveza, ni se tirase a los bibliotecarios.

La genealogía de la palabra “secretas”, proviene de un grupo musical, pasado de moda, llamado “Los Secretos”. Pero no guardaron ni el de Kennedy, y se chivaron del Watergate, alegaron como excusa que “se les olvido quemar las grabaciones”.

Sin ellas no habría filtraciones y la vida sería muy aburrida, nunca se perderían los papeles.

Se empezaron a poner de moda con “Los Tres Mosqueteros”, y fueron vitales para recuperar las joyas que tenía el Duque de Buckingham. Despistaron al Cardenal Roco Richelieu y lo dejaron en ridículo y en evidencia delante del rey.
No perdió el puesto, pero perdió la credibilidad.

sra Bonacieux

Las inclasificadas.


Hay cuatro tipos de secretarias: Las Morenas, Las Rubias, Las Pelirrojas y Las Teñidas.
Las Teñidas, forman un grupo disperso, por eso están agrupadas como Teñidas, y también porque hay mas colores de tintes que secretarías. Los secretarios calvos, no cuentan en esta sección, que escriban ellos sus propios chismes.

Otro rasgo general de esta rama genealógica de la administración, es que solo coinciden en una cosa: Ninguna tiene como animal de compañía a una rata…
A menos que sea una “espontánea” que se tira al ruedo de la oficina para pegarlas un susto y alterarlas.
La mayoría suele tener “un cactus” pequeñito. Supongo que para no pensar en sexo durante las horas de oficina, ya que parecen nabos con pinchos. O eso, o son masoquistas. También puede que los tengan como armas de defensa personal, si alguno se quita los pantalones, el cactus le puede quitar las ganas y producirle una buena hinchazón.
También tienen fotos “colgadas” de las vacaciones, de la India y del Desierto. Lugares a los que no volverán nunca mas, por los mosquitos, el sudor, los váteres oliendo a naturaleza, el miedo a que las atraquen, las rapten, las violen, las den una paliza y se las vendan de rebajas al harem de un octogenario sin dentadura postiza.

Algunas están acostumbradas a las ratas. Ya sea por la poca salubridad de la oficina, o del enclave estratégico en el que trabaje. También por la presencia de sus jefes, que suelen asociar con estos mamíferos cuadrúpedos, roedores, de colas largas y peludos como el bigote del Tejero.

Normalmente estos “posterguéis” se suelen producir cuando abren un archivador viejo, como la tumba de Franco por ejemplo, y salen un montón de ratas rabiosas saltando, como el caso del zumbado del Aguirre, que también es una rata. Un “rato”, es otra cosa, que dura poco, y se hace poco.

Otras veces se las encuentran encima de la mesa, al lado del Mouse, y las arrastran pensando que es el Mouse. Cuando ven que no se les mueve la flecha del ordenador, llaman al técnico. En ese lapsus la rata puede escapar, y cuando viene el técnico, dice: “pero si todo esta bien, otra que no sabe de informática, me tienen frito estas secres, o los rompen y dicen que no han sido ellas, o no los rompen y dicen que están averiados.”

También se las encuentran paseándose en el ventilador. En esos casos suelen llamar a una ambulancia y ponerles una camisa de fuerza para que se calmen. Después tienen que ir a la peluquería “de urgencias”, para que les aplanen el pelo con una plancha y unos alicates, porque del susto se les pone como a Einstein dentro de un campo de electricidad estática…

Esta es Mi TESIS. La próxima lo mismo trata del estudio de las ladillas en el salvaje oeste, o sea en Galicia. Aportará mucho al estudio sexual de las ladillas, y sus focos de anidación, será una investigación muy profunda.


La pena de la Matahali


El Juez de los visigodos ya tenía toda la documentación preparada. Unos cincuenta mil billones de folios, incluidos los procesos inquisitoriales y la torrada de Torquemada. Le echaron la culpa de todos los crímenes sucedidos en la historia. Desde haber sido la chivata del monte de los olivos. Haber cobrado dos millones de euros romanos, y de haberle dejado treinta y tres euros, y tres tristes tigres, a un tal Judas, que estaba durmiendo la mona. Por fin los fariseos recuperaron su buen nombre, y pudieron seguir timando y especulando con la gracia de Dios.
Brutus, encontró a la verdadera asesina de Julio César. Todo el mundo sabía que Brutus estaba en una carrera de cuadrigas, lo vio todo el estadio, o sea toda Roma, pero ni eso le sirvió de excusa. Me parece que se comió todas las desgracias del planeta, hasta ser la causante de las pestes. También se la acusó de las plagas que provoco Dios en Egipto. Convirtió el agua en sangre, destruyó las cosechas con plagas de moscas y de langostas, mató a todos los primogénitos, y después remato a los padres cuando cruzaron el mar rojo. De hecho solo rompió la presa de Asuan cuando pasaban los egipcios. La corriente se los llevó hasta el mar Muerto y allí murieron definitivamente, ahogados en sal sin poder hundirse.


La sentencia de la Matahali



Tuvieron a la Matahali cincuenta años sentada en el sillón de los acusados, sin dejarla ir al lavabo. Los visigodos habían citado a todos los testigos, y a lo inculpados, a los agredidos y a los engañados. Hasta los fantasmas se tenían que presentar en la sala, so pena de ser encadenados a una bola de hierro de varias toneladas, y cuadrada. Aun no se había inventado, ni la rueda, y mucho menos la esfera. Jugaban al rugby porque las pelotas les salían como los limones. Chutabas para un lado y se iba para atrás, como las bolas de los visigodos.

Por fin se pudo dictar sentencia. Para que fuera justa, se miraron todos los libros de torturas, hicieron un simposium entre especialistas, para deducir cual era la mas severa y apropiada. Solo le podían poner una pena, por eso buscaban la que mas pena les diera.

Consultaron a los chinos, expertos milenarios en la materia. Los visigodos decidieron consultar el manual de torturas, castigos y bromas pesadas chinas. Tuvieron la mala suerte de que estaba escrito en chino, y no entendían ni jota. Lo tradujeron al visigodo, hasta que se dieron cuenta de que no tenían lengua, o se la habían cortado para que no hablaran, o la tenían desgastada de tanto lamer culos.
Se tradujo a una lengua vernácula, el latín. Le llevaron la traducción a un cura para que se lo leyera. El cura pensó que era la Biblia de los chinos, y les dijo que no leería sermones paganos ante su rebaño de unicornios pecadores..
El cura, que era muy listo, no quería acabar con el pecado, porque se quedaría en el paro. Si todos eran santos el infierno quebraría, como le pasó a la burbuja inmobiliaria de castillos y a la bolsa de ladrones y timadores. Así que intentaba promover la corrupción y el vicio, montado radios, televisiones, bodas, bautizos, comuniones, coronizaciones, velatorios, tanatorios y entierros. En la iglesia no te dejaban entrar a tomar fotos de las bodas, las fotos las hacían los mercenarios de los curas y el dinero se quedaba en la iglesia. Eran impuestos prohibidos pero ellos los practicaban con todas las de la ley de Dios. Cerraban las puertas y no dejaban entrar a las ovejas negras.
Le interesaba que sus unicornios fueran pecadores. Pecaban los días lectivos y se confesaban los festivos. De esta manera siempre acudían a la iglesia para ser redimidos. Así de semana en semana, y de domingo a domingo, por los siglos de los siglos.
Los visigodos no encajaron bien que no les leyera el libro y le dieron por el ano durante cien años, y también por la boca, por si se equivoca.
Dejaron el libro de torturas para una próxima etapa evolutiva. Además a ellos ya se les ocurrían ideas destripadoras y otras travesuras. Eso si, les duraban poco las víctimas, no tenían ni la experiencia, ni la paciencia de los orientales.
Los chinos pensaron que tendrían que inventar la pólvora o algo así para enviarla bien lejos. Y se pusieron manos a la obra.

Los visigodos, prefirieron inventar algo ellos, porque los chinos estaban muy lejos. Y la pólvora tardaría en llegar. Tampoco les hubiera servido de nada, porque los cornudos aun no tenían cerillas. El fuego solo lo conocían de cuando les caía un rayo entre los cuernos. Los alimentos los comían crudos y las zanahorias también. Los filetes se los comían vivos, sin tenedor, ni cuchillo. De cucharas ni hablar, se les caería toda la sopa, o se la meterían por el ojo.


La guardería

Las Torturas infligidas

Lo de las torturas chinas quedaba descartado. Eran tormentos o muy lentos o muy rápidos. Los lentos no tenían emoción para ellos, y con los rápidos se le acaba pronto la diversión. Así que prohibieron cortarle la cabeza, pero le hicieron algo mucho más terrible. No la dejaron ir a la peluquería en quinientos años, o sea hasta que Colón no invadiera América. Lo único que consiguieron es que se recogiera el pelo e inventara el moño de la Amy Winehouse. Como eso no funcionó probaron a hacerle cosquillas con la pluma de un pavo real. Eso tampoco funcionaba, encima se partía el pecho. Y se reía de ellos. Los llamaba pajilleros y mariquitas, se lo copió de Tolente. A los visigodos les crecían mas rápido los cuernos debido al enfado, pero habían prohibido hacerla trocitos para jugar a los dados, y tenían que tomar ajo y agua. O sea joderse.


El Dios de los insectos


Los visigodos eran muy cortos de mente, pero largos de cornamenta. Los tejados de piedra los tenían todos agujereados y rayados. Los de paja no aguantaban un primer envite. Entraban en una cabaña y le hacían un jardín. Eran tan atrasados evolutivamente, que las hormigas les tenían que dar lecciones. Las cucarachas los despertaban para que limpiaran los vómitos y otras diarreas mentales que dejaban tiradas.
No se atrevían a pisar a una hormiga, por miedo a las represalias. Hay hormigas capaces de comerse a una vaca, son peores que las pirañas. Como les gusta hacer los nidos donde hay cables eléctricos, y los de la cornamenta aun no habían inventado la bombilla, hacían los nidos en las cavidades de sus traseros, o entre sus vergas, que de tanto meneársela, desprendían campos electromagnéticos. Los insectos estaban muy bien organizados, eran anteriores a los dinosaurios, mientras que los simios con cuernos, solo tenían un millón de años. Evolutivamente eran niños y los insectos los trataban como a tales. Les picaban las narices, se les metían por los oídos y por la nariz, y tejían sus capullos y telas de araña entre sus cabellos. Tanto del pubis como de la mollera.
Era quitarse el casco y salían huyendo insectos de todo tipo en todas direcciones. Las pulgas los tenían fritos. Entre lo feos que eran y las caras como ensaimadas, hasta los leones les huían.
Se pasaban el día rascándose el culo, como el tenista. Rascándose el paquete, como los políticos, caminando como los bailes de cow-boys, dando pasos de bailarina, apoyándose en el suelo con la punta del dedo gordo del pie, saltando y rascándose la sandia.
A veces formaban un paquete entre todos y se daban de hostias para quitarse las malas pulgas. Inventaron el peso pulga para intentar ganarlas, el peso mosca también, el peso pluma pues también porque solo hacían que dar por saco.
Todos los que tenían cinturones de campeón o eran pulgas, o moscas o avispas.
La blanca paloma tenía el de las plumas.

LA DEVOLUCION DE LOS DINOSAURIOS. Capitulo de la Celestina Violada por una Cigüeña, con el pico.

Los dinosaurios desaparecieron porque eran muy gordos y comían muchas plantas. Se tiraban pedos de muchos metros cúbicos de gases. Los mamíferos tenían que vivir en el subterráneo del Vaticano porque la olor era muy grande.
Las plantas estaban asfixiadas. Encima cuando los diplodocos defecaban, dejaban los bosques fertilizados para un siglo.
Esa situación de mierda gigantesca e insoportable, que chafaba a los más pequeños, incluso a las hormigas de metro setenta, se hizo insostenible. Hasta que llegaron unos marcianos disfrazados de meteorito.
Al aterrizar, debido a que la atmósfera olía a dinosaurio, se produjo una explosión que devolvió a los marcianos a su planeta, y acabó con los dinosaurios. Algunos dicen que ya tenían la bomba de hidrogeno, yo creo que era la del gas butano. Hubo una reacción en cadena de bombas nucleares, que dejó una marca en el caribe muy grande, casi como todo el caribe. Puede ser que pillara por medio a la Atlántida y al Bus.

Ya sabemos como desapareció la Atlántida, lo acabamos de ver por la tele. Simplemente perdieron las elecciones. La involución de los dinosaurios se aceleró, a partir de ahí pudieron evolucionar las ratas, que se ocuparon de los gobiernos y las iglesias. Las ratas echaron a los verdaderos creyentes, les quitaron las propiedades, el pensamiento y el espíritu. A cambio les dieron un Dios manipulado romano, plagado de ídolos y santos, becerros, cerdos, burros y cabritos. Se les aparecían en las cuevas, en las fuentes y en los pilares, como Hermes, Apolo y las ninfas (esto no va por la ninfomanía, al revés, le pusieron ese nombre a la vírgenes) Adoraban a los lideres y a los reyes, pero su fin era manipularlos, hasta que tuvieron mas armas que ellos, los recibían en privado como si fueran los mas humildes y solo eran criminales disfrazados. Consagraban funerales a Franco y a Pinochet. (Pinochet proviene de Pinocho el de la sexta)
A ellos se consagraron. Tenían un dios para los animales, se llamaba Antonio, Toni para los catalanes. Dicen que habían conocido a Cristo, pero con el tiempo se olvidaron de él y tomaron las ideas de los monjes de Egipto. Estos adoraban al emperador, el oro y los vicios. Al pueblo solo lo querían para manipularlo y quitarles lo poco que les quedaba. Les daba igual si se morían porque cobraban también por los muertos, los de su padre, los de su madre y los de sus abuelos. Algunos pagaban hasta por entrar en cielo. Estaban más carcomidos que los barcos del Magallanes al pasar por el Cabo de buena Esperanza de regreso, como puedas, a casa.

A los Apóstoles de Terror: Como les escriba un código, les pasará algo. Porque perdónenme padres, si lo del bus ha sido un crimen, lo suyo es muy descarado, mejor que hagan elecciones entre imperialistas y republicanos, o entre tribunos que es lo que tienen, y a ver si cambian que ya nos dieron una, y no queremos otra. Que el juicio final lo hagan los marcianos, seguro que es mas benévolo que los que hacen ustedes, y su infierno tiene aire acondicionado, hasta en eso son buenos la compañía de los marcianos de Jesús.

EL CUENTO DEL BILLON DE CONEJOS

Habiase una vez, hace ya mucho tiempo, un conejo y una coneja (no diremos nombres, porque protegemos las fuentes con un tirachinas). Dichos, se casaron por la iglesia, como todo buen conejo de indias. (Reabrirán la inquisición por mi culpa, lo sé).
Tuvieron muchos hijos, y una historia tan larga como la Biblia, e igual de problemática, siempre acaban mal.
Llegó un día que habían diez mil millones de conejos y conejas en el corral, o en los laboratorios, paseándose en una rueda.
Hicieron el amor sin preservativo, y al año siguiente, eran quince mil millones de conejos y conejas. Ya creciditos y en celo, hicieron el amor y volvieron a tener conejos, ahora eran quince mil millones, mas sus hijos, y sus nietos, sumaban veintidós mil quinientos millones de conejos. Estaban muy apretados en las jaulas, el pienso no llegaba para tantos, y en la mierda se bañaban.

La multiplicación que se resuelve con una ecuación, acabó con una densidad de conejos tan grande, que llegaban al Everets, de un saltito. No se como acaba el cuento, lo veré en los telediarios de los conejos sueltos.


La irrupción de “Los Santos”

Debido al estado en que se hallaban los presentes, ya no se consideraban humanos. Su retroceso evolutivo era abismal, el involutivo era irrecuperable. Ni una legión de sicólogos argentinos inspirados en Martín fierro hubiese podido reintegrarlos a la sociedad civilizada. La solución fue consagrarlos a Sant Antoni, el santo de los animales. Como animal se entiende, todo aquello que no es inerme como una piedra. Se incluyen las células, las babosas, los virus y los resfriados. L’Antoni era como un general metido dentro de un café, o sea un pringado, que daba ordenes a las paredes y a los sifones del vermouth. Las olivas no entraban en su reino, porque no son animales, son vegetales. Cuando le servían olivas rellenas de anchoas, solo se comía la anchoa. Después las tenía que escupir porque tiene prohibido comer animales. Si el Santo de los animales comiera animales, dejaría de ser santo, y pasaría a ser otro animal, como la mayoría de sus lacayos.
Los conversos se quedarían sin fornicar pero gracias a L’antoni pudieron conocer especies nuevas con las que establecer relaciones afectivas y sexuales.

Lo primero que probaron fueron las medusas de playa. Estaban tiernas y eran bellas, pero les dejaron los miembros mas colorados que un pimiento morrón. Se les pusieron morados, verdes y robustos como encinas centenarias. El dolor era tan grande que tuvieron que clavarla en las paredes. Una empresa aprovechó esta habilidad para usarlos como maquinaría de demolición de edificios antiguos. Les ponían un casco, les colgaban una bola de acero de sus partes y se ponían a trabajar. Así se excavó el Canal de panamá, por huevos.


Las leyes de la justicia

Los visigodos y las doce tribus bárbaras, aparte de ser famosos por seguir las costumbres bárbaras, y por su falta de papeles, también se hicieron famosos por inventarse leyes. El no saber escribir, conllevaba a que tampoco podían recordar. Algunos consiguieron leyes en griego y en latín, pero no sabían leer y utilizaron el papel para hacer una cosa que solían hacer con piedras. Los papeles los utilizaban una y otra vez, hasta que ya no se podían diferenciar de las cagarrutas. Para limpiarse con un papel cagado, era mejor recurrir a la siempre higiénica y redondeada por la erosión, piedra de río.

Los que tenían la mala suerte de vivir donde la erosión no redondea la piedra, sino que la afila, preferían usar un buen arbusto. A ser posible sin espinas, ni pinchos.
Era peligroso pedirle a algún amigo que te extrajera el pincho. A cambio de sacarte un pincho delgado, solía meterte uno gordo.
En esos tiempos inventaron la retranca. La retranca la inventó una bárbara que se llamaba la Tronca. Dicen que cuando la cargaba al hombro la llamaba “viga”.

La religión
La religión de los visigodos era la que les salía de los cuernos, por esos los obispos los cristianizaron, pero no solían seguir las normas de la iglesia. Lo de “No matarás”, no conseguían entenderlo. Al primer obispo que se lo intentó explicar lo mataron por palizas, al segundo lo ajusticiaron por no querer emborracharse en la fiesta que hicieron para celebrar que eran cristianos. Al siguiente también se lo cargaron porque no quiso fornicar con ninguna de las esclavas que le ofrecieron como presente. Rechazar la hospitalidad de los visigodos era considerado “un insulto”, que solo se podía pagar con sangre, ya que no había oro, ni teles con plasma, ni autos deportivos.

Las bodas actuales aun tienen mucho de godas, ya que se pasan más tiempo de fiesta que de actos religiosos.

Marcel•lí Miret - El Quixot Català
http://webs.racocatala.cat/quixotcatala marcelinosi@yahoo.es

Marcel30 de noviembre de 2010

2 Comentarios

  • Norah

    Pues si que sabes de ...aturdida, celebro tu decir.Saludos.

    01/12/10 05:12

  • Feelmemary

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