Algo falló en esta saga,
acaso un revuelo de hadas
para ese latir escondido
que buscan el zunzún o la mariposa.
Con agitar tus ramas diviertes a los gatos,
patio amigo, pedazo que arranca
entre redes, una niña ilesa
empujando signos
que retoñan en sus dedos.
Sentarse allí, tras las estrellas
a esperar como antes,
tragarse las palabras
en monumento a nadie,
oir tales notas que mezclen sabores
de coco, guayabas, plátanos.
Por el romántico patio
quiere volver a perfumar
una paz reluciente,
aún en otros instantes,
igual sin mí.
Autora: María Esther Valiente.
Los patios siempre traen recuerdos de nostalgia. El patio es un mundo en el que se viven historias anónimas, en el que uno mismo suele ser el protagonista y en el que se atesoran recuerdos de la niñez.
Los patios son aromas, colores, vivencias y tal vez sean como un desván de la memoria más querida.
Me ha cautivado tu poema, escribes muy bien.
Un saludo.