TusTextos

Cupido No Siempre Acierta

La suave brisa matinal remueve perezosa los restos otoñales que, esparcidos por el suelo, crujen a mis pies. Los segundos pasan y aún sigo esperando con infinita esperanza. Mis piernas se cansan al sostenerme tanto tiempo de pie, así que me recuesto contra un árbol y me dejo caer en el suelo... La aguja de me reloj avanzó otros treinta grados que se suman a los trescientos sesenta que dieron vuelta jugando con mi mente. Decido esperar porque como creo que estoy viva, también creo que vale la pena.
Juro por Dios a que algo cruje a mi espalda y me volteo feliz porque llegó, pero mi mente, ya agotada, sólo me engaña riéndose de mí. Otra vez la decepción se acumula en mi cuerpo y tristemente me niego a llorar, porque quizá el llegue y no quiero espantarlo, lo quiero demasiado.
Me pregunto por qué. Por qué me habría de pedir que me encuentre con él si se rehúsa a venir; pienso en justificarlo, porque tal vez tuvo un problemas y no puede venir, pero no puedo justificar por qué no contesta mis mensajes, o por qué no da una explicación o por qué simplemente no me habló, y por qué no quiere que sea en público... sé la razón, y sé que tiene que ver con mi familia, mi estatus social, y mi falta absoluta de un coche ridículamente costoso, y de joyas innecesarias, y que no soy socia de un estúpido club de golf. Me odio por caer, porque odio a las chicas que se enloquecen por un estúpido niño de ensueño, pero heme aquí, dos horas esperando algo que desde siempre fue imposible; no por lo que él tiene, no por su estatus, su dinero, su familia, sino por que algunas personas no tienen más que vacío en su pecho, porque piensa que lo puede tener todo, y a todos a sus pies, porque piensa que vale la pena para mí quedarme esperando por él, y tal vez ponga una escusa o simplemente pase sin hablar, y aún crea que me derretiré a sus pies y le diaculparé. Pero que el infierno me trague si lo hago, no por orgullo ni dignidad, no lo haré porque sé que merezco algo mejor; no tendré dinero, pero no soy juguete de nadie, tengo algo que ellos no tienen, tengo una vida defectuosa pero llena de amor, de mi familia y de mis pocos amigos; puedes dormir en oro, pero el dinero no te arropará por la noche, no te dirá cuánto le importas y no te abrazará... gracias a Dios que vine aquí, gracias que no vino, gracias porque esperé; porque si no estaría aún esperando en silencio por él, porque si no seguiría esclava de mi patético enamoramiento que sólo me destruye por dentro.
Con fuerzas recobradas me pongo de pie y hago mi regreso, ahora apreciando la belleza de lo que me rodea, que al final, es lo que importa.
Marieladaianne16 de octubre de 2013

Más de Marieladaianne

Chat