Digo que no me importas, que no te necesito y es que pido a gritos tenerte a mi lado, ¿no lo ves?. Me conformo con oir tu voz y verte a lo lejos, como la débil sombra, que siento que eres, ya que cada día te alejas más y más. No sé si gritar más alto tu nombre, parece que no escuchas el eco que retumba en las paredes, de mi fría, sola y oscura habitacion. Mis susurros son como pequeños cristales, que llegan a ti y se devuelven a mi, como si se reflejaran en un espejo sin imagen, hieriendome cada vez más. Al verme, por fin, en ese vacio espejo, no sé cual de todos es mi verdadero yo. Odio esta maldita sensación.