No se exactamente de donde has venido,
la brisa te trajo sin avisar.
Te ves tan pequeñita e indefensa tú sola
en el suelo, en la vida, como me gustaría
poderte cuidar.
Ya pasaron varios días desde tu llegada.
Parece que el sol te sienta bien,
pues cada día estas mas esbelta y fuerte.
Sueño con el día en que crezcas hasta mi
y te pueda acariciar.
Hoy amaneciste muy cariñosa, poco a poco
empezaste a abrazarme, tu beso me gusto,
ya me empezaste a enamorar.
Cada día tu abrazo es más fuerte
y siento que nos vamos a fusionar
en el amor mas puro y natural.
No se que pasa, cada vez me alcanza menos sol
y siento que me estorba tu cariño,
no creas que he dejado de amarte,
es solo que me empiezo a ahogar.
Me miras sin mirar mientras poco a poco
tu presión hace que el palpitar de mi alma
se valla desvaneciendo,
¿Acaso no te das cuenta de mi sufrimiento?,
ya no me queda aliento para gritar.
Sírvete de mí, te regalo mi vida,
te la puedas quedar,
pero en tu conciencia quede
el saber que tu
mi amor
terminaste por matar.