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Calzoncillo Veloz

CALZONCILLO VELOZ
Para J.C.: por su brío y empuje

A mi broster le decían Calzoncillo Veloz por que antes de conocerte y darte la mano, ya tenía los calzoncillos abajo y el pájaro al aire. Mi broder era tan veloz que D´jango, Trinity, Sartana y hasta Rambo y Jet Li le quedaban chicos.

Aparte de ser veloz; tenia pepa. Tenia más pepa que una sandia, pero no era granadilla es decir: bastante pepa y bien baboso (como Carlos Ganoso). Aunque a veces le decían palta: ya que era bien pepón. Bueno, basta de comparaciones frutales y pasemos al grano: Veloz era, además, un floro de oro y tenia una mirada de galán que mataba y hacia mojarse a sus victimas. Veloz parecía un galán del siglo de oro esos del cine de los años veinte. Rudolfo Valentín, George Maderivck, etc.
Tenía ese don desde chibolo; aunque a veces, parecía, más bien, una maldición. Por pinga loca se tuvo que casar bien temprano y antes de los 16 ya tenia hijo. A los 20 una docena (su mujer no lo sabia, pero sospechaba)
El haberse casado tan temprano no le impedía seguir cazando. Pero era tan conchudo que su mujer, aburrida, lo dejó por otro. Bien dicen: ojo por ojo, ¿no? Se llamaba Taciturna y en sus noches de abandono y soledad se envicio con el Chat; conoció a un mexicano que escribía tarjetas para Diferentes Ocasiones y que gustaba de la numerología. El la enamoro a través de cálidas y sugestivas charlas en el chat y después de unas doscientas veintidós horas en Ski Net la convenció a que deje a su marido y se vaya a vivir a la capital charra.
Después de mucho pensarlo: a las dos semanas ya se hallaba en DF hablando charradas y comiendo enchiladas. Cuando Taciturna por fin en brazos del nuevo macho le contó las cosas que había pasado por la sensualidad libidinosa de su marido, el charro no pudo más que exclamar:
- ¡Órale pinché cabrón! Dígale a ese güey mijita que es mi héroe y que me mande un autógrafo o su receta si puede. Lo cual disgustó enormemente a la Taci y pensó seriamente en regresarse a Perú. Pero no. Este güey era menso y manso a la vez. Con este si me quedo- se dijo. ¡Ay diosito! Ayúdame porfa- exclamó suavemente y suspirando profundo cruzó los dedos y espero su suerte.
Para Calzoncillo Veloz, la separación y el eminente divorcio fue ocasión para que se mande en un loco frenesí de sexo y descontrol. Era tal su apetito que en la puerta de su casa habían mujeres haciendo cola para yacer a su lado aunque sea por un breve momento. Su ímpetu era insaciable, sus ganas nunca satisfechas. Un día, le dijeron que iba a ser padre. ¡Otra vez! Y decidió parar un poco la mano o en este caso dejar de parar la otra cosa (me entienden ¿no?)
Calzoncillo Veloz decidió guardar la pistola y se mantuvo sedentario con Nadia, su nueva pareja, criando a su tierno retoño. Una bebe preciosa por la cual se le salían los ojos y se le caía la baba.
Calzoncillo Veloz, después de haber estado amarrado desde chibolo y habiendo probado la libertad antes de esta nueva relación, se aburrió rápidamente de la vida casera, a pesar de luchar contra Jr (quien le discutía acaloradamente desde el cierre) fue convencido, con duros argumentos. Una noche, Veloz, aprovechando un viaje de Nadia para visitar a sus padres y presentarles la nieta; salió disparado a la Disco como alma que se la lleva el diablo o pedo que se convierte en diarrea. Y en la disco, al toque se computó una chibola bien rica, quién tenía, también, una madre bien rica pero además de rica: bastante billete.
Cuando Nadia regresó de viaje; él ya se hallaba de vacaciones en un crucero por el Caribe. Calzoncillo nunca volvió a vivir con ella, aunque si mantuvo cordiales relaciones y eventuales contactos de choque y fuga, algo muy habitual en él.
Calzoncillo durante un largo periodo de su vida, se dedicó a viajar y viajar, y a disfrutar de la vida sin pensar en trabajar ni preocuparse por el dinero. Todo tenía: viajes a las Bahamas, Europa y Tailandia. Shopping en Miami, Paris y Londres. Carro del año, casa con piscina y negocio propio.
La única condición que Lucybel le había impuesto era su fidelidad.
- Todo lo que quieras papito pídemelo, pero eso sí: eres solo para mi. Cuidadito con sacarme la vuelta viejo, que te lo corto pendejo. Si ese no es mío de nadie será -era advertido constantemente Calzoncillo Veloz.
Fiel a su promesa Veloz se abstuvo de sexo extra y de llamar a sus flacas, rucas, amantes, mancebas, concubinas y otras más del género sexual deportivo, por un buen tiempo.
Poco a poco la rutina, la misma vieja, (y sobretodo los viajes a Tailandia y tanta chinita rica) lo sacaron de onda y mandó a Lucybel a la mierda.
 Prefiero mi libertad y no tener nada, a tener de todo y ser esclavo de una sola concha maldita- se dijo y la dejo, por fin, un día de Octubre, ese mes en donde dicen que no hay milagros.
Ella, Lucybel, trató de mantenerlo amarrado a su lado. Al principio, con chantajes y, después, rogándole y llorando desconsoladamente. Veloz, se ablandó y decidió darse una oportunidad. Después de todo es un billetazo.- se dijo.
Esta vez seria él quien pondría las condiciones y escogería donde vivir. Fueron a la casa de Baños, donde tenía su negocio: una piscigranja de truchas. Trataron de vivir como pareja y hasta pensaron en casarse. Les juro que Veloz trató de vivir una vida normal de esposo y pareja.

Todo iba bien hasta que comenzaron los celos de Lucybel, quién no podía con sus ellos: veía una adversaria en cada esquina y en cada rincón. Lo celaba hasta por ver televisión. La gota de agua que colmo el vaso fue cuando lo acusó de tener relaciones con la empleada que lavaba la ropa; quien además de bizca y coja era un maloliente ser. El chongo fue tan fuerte que la loca fue con su padre, madre hijos e hijas del pinga loca que fue con chismes, exageraciones, mentiras y pretensiones y Calzoncillo, velozmente la expulso de la casa y volvió a mandarla a la mierda. Esta vez ya para siempre. Ya que como dice el dicho: Dios perdona el pecado mas no el escándalo. El escándalo hecho por Lucybel fue determinante para romper y no más volver.
Lucybel, por loca y escandalosa se perdió de este buen hombre y Calzoncillo Veloz se perdió de la buena vida y de esta buena mujer.
- ¡Que chucha!-dijo él.

Una noche, meses después de continuamente ignorar sus llamadas correos e-mail, emisarios y avisos por radio y tele. Lucybel, al ver que Veloz no le paraba el balón, le daba bola o se percataba de ella, enojadísima cogió su carro y vino desde Mancóra a Cajamarca, sin parar siquiera para orinar. Orinando más bien, en botellas de Red Bull que había comprado en el camino para mantenerse despierta y llegar lo más rápido posible.
Al llegar a la casa de Baños se dio cuenta de que su set de llaves no funcionaban - Calzoncillo Veloz había cambiado de cerrojo por miedo a su locura- y cuando quiso abrir la puerta se dio en la cara y con la sorpresa de que no abría.
Enojadísima, como perro amarrado alrededor de un criadero de gatos, tomo un alicate de la caja de herramientas de su carro y cortó la malla que cercaba la piscina donde Veloz criaba sus truchas. Luego se metió por debajo del canal de regadío, buceo hasta dar con la compuerta, y forzándola entro al estanque de las truchas y salió a flote apestando a pescado, llena de barro, miseria y rencor.

Calzoncillo Veloz, despertó en medio de la noche, al escuchar gotas de agua cayendo en la alfombra y sintiendo una húmeda presencia ocupando el pie de su cama abrió los y encontró a Luzzy con un cuchillo en la mano mirándolo fijamente con cara (bien Obsesión Fatal de Glenn Close y Michael Douglas la nota). Veloz aparte de orinarse en los calzoncillos y lanzar un sonoro:
- Achichín Carajú, el Kuko. Saltó alarmado tirándole la ropa de cama encima y corriendo asustado como venado en cese de veda hasta llegar a la casa más próxima y después de llamar a la policía, se sentó, temblando, a esperar la parca.
Cuando llegó la patrulla, al entrar a casa, encontraron a Luzzy durmiendo plácidamente en el lecho como si no pasase nada. Les tomo dos horas sacarla de ahí y tres semanas enteras para conseguir una Orden Judicial por Acoso para que no se acerque mas. Lo ultimo que escuchó de Luzzy fue: Si ese no es mío de nadie será

Pobre Calzoncillo nunca mas pudo pegar los ojos (bueno al menos por dos meses) Veía a Luzzy parada ante él todas las noches. Por precaución: Calzoncillo, quiso comprarse un calzoncillo de fierro y hasta llego a diseñarse uno con espuelas y todo.

Y así paso el tiempo: se dieron vuelta las páginas en los calendarios y avanzaron los días y las noches. Calzoncillo Veloz, con gran pesadumbre tuvo que ser meticuloso en sus relaciones y dejo de ser la pistola mas rápida del Norte del País.
Lo que ahora anhelaba era una vida tranquila al lado de una socia, una pareja con quien compartir el resto de sus días. Y sin ni siquiera buscarlo se encontró con una media naranja que lo acompañaría hasta el final.
Se decidió la fecha de la boda, enviaron partes de matrimonio, invitaciones y escogieron el viaje de bodas de luna de miel.
De Luzzy, gracias a Dios no se sabía nada de nada. Ya era historia, había pasado a ser nada más que una anécdota. Lo único que supo de ella es que había ido a Las Huaringas a hacerse un baño de purificación y que estaba buscando un brujo para hacerle un amarre. Calzoncillo no creía ni en brujas, ni amarres, ni nada por el estilo y tranquilo nomá se dedico a planear su eminente boda y vida futura con Candida.
La noche antes de su boda, mi broster se encontraba echado en su cama durmiendo plácidamente cuando de repente, en medio de su sueño, sintió una presencia oscura, negra y pesada trepando sobre su abdomen, quiso botarla de encima pero esta se aferraba a su cuerpo. Quiso abrir los ojos, pero tampoco podía. Poco a poco, la presencia se fue apoderando de él y él aterrorizado no podía hacer nada. Sacando fuerzas de donde no sabía que tenía logro abrir los ojos para encontrarse con un ente mitad sombra mitad mujer cabalgando desnuda sobre su vientre. Al posar su mirada sobre la de ella vio a Luzzy a los ojos quien riendo macabramente exclamaba: Si no es mío, de nadie será y tomándole el pene entre sus manos se lo cerceno de un certero golpe.
Calzoncillo Veloz despertó angustiado. Llevo sus manos entre sus piernas y suspiro aliviado al darse cuenta de que había sido solo un sueño, un mal sueño. Una espantosa pesadilla.
Al día siguiente después de la boda cuando el champán había perdido su efervescencia y los invitados gateaban mas que caminaban después de haberse despedido de todos ellos y ya solos en el lecho nupcial Calzoncillo Veloz tuvo, por vez primera, problemas con su erección. ¡No se le podía parar! ¡Y justo en una noche tan especial!
Cuando Veloz tomó su inoperante herramienta en las manos; la vio negra y marchita y pensando en Luzzy, y su el sueño de la noche anterior supo que de ahí en adelante nunca mas se le iba a parar.

Si ese no es mío de nadie será


Mcluna12 de diciembre de 2019

1 Recomendaciones

1 Comentarios

  • Regina

    Buena , buena como todas tus historias.
    Saludos cordiales Mcluna.

    14/12/19 06:12

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