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Un Día/empieza

Se ha levantado temprano y la lluvia ya lleva horas cayendo. Se retuerce sobre su cama y como siempre aspira el olor a la almohada, olor a shampoo y a ella misma. No tiene sueño solo es ganas de estar en cama, se levanta da gracias a Dios y a toda carrera se alista mientras su mama ya le ha preparado el desayuno, sopa de pollo que sobro de la cena.
Unos botines, jeans ,camiseta cubierta por un suéter , se ha hecho una cola de caballo y en la mano la sombrilla. Camina con paso rapido y de pronto dentro de las gotas siente que esta en un pueblo de estados unidos sacado de un libro adolescente donde el sol no es muy frecuente, le parecw que se llama fork. Que tonterias haciamos cuando eramos mas jovenes, pero en cierto modo puedo encontrar la justificacion a aquellas cosas que con anterioridad hicimoa y se han desvanecido de la memoria de muchos y en cierto modo de la mia propia_ En eso esta pensando cuando se ha dado cuenta qye debe saltar un charco pata poder continuar su camino. Se acuerda de la secundaria cuando todo era aun mas dramatico y si uno tenia una amiga tenias que debatirte que si tambien le gustaba a tus otras amigas y si podrian estar juntas, y claro el titulo mejor amiga era una cosa importantisima, pero se da cuenta que aun en estos dias, es imposible hacer que dos adultas que se conocen de hace años se sientan a gusto la una con la otra, asi que esto no parece propiamente de adolescentes o niñas sino de una condicion humana.
Se ha subifo al bus y como siempre esta lleno, la sombrilla mojada golpea los pies de los demas pasajeros, -disculpa -susurra.
Siempre se ha sentido fascinada por la naturaleza verde, que deja las hojas verdes brillantes que parecieran recien nacidas.
Aun llueve pero es solo una brisa fina que contempla desde la ventana del microbus con el que se dirige al trabajo. Con permiso amor- le dicen unos jovenes morenos de 20 años y finalmente se logra sentar al lafo de la ventana, recuesta la cabeza sobre el asiento y contempla los arboles con sus hojas brillantes, el cielo esta gris coloreado de nubes oscuras y de improvisto hay una escena que la maravilla una de esas cosas simples de la nada que tanto le gustan que aprendio de un poema de Cortazar.
En un porton grande cubierto de arboles y plantas al fondo se divisa una casa, y la grama se dibuja desde el comienzo del camino que va desde la casa hasta la entrada del porton y le parece una historia de ensueño, tanto verde es como una maravilla, es la paz y la esperanza. A medio camino un perrito cafe claro chiguagua corre hacia la entrada lo que hace la imagen mas divertida y feliz, el perrito llega hasta medio camino, olfatea algo en el piso y de carrera regresa a su casa. Habra pensado que hago aqui mojandome?
Largas horas son las que pasa en los buses, cuatro horas diarias para ser más precisos.
De la ventana le llegan las gotas heladas que le mojan la cara, ha cerrado sus ojos y ya no está viendo nada, sin embargo como ocurre siempre en estos momentos empiezan un desfile de pensamientos combinados de todas las historias que ha oído, las cosas que ha visto, empieza una agonía de disparates que produce el estado del ensue;o. No esta completamente dormida, sino que la mente le empieza a contar cuentos, una especie de diálogos que salen de no sé dónde, de mujeres embarazadas o de cualquier clase de historias, un estado imaginario u otras veces es la voz de su conciencia que la llama por su nombre y le dice: un día serás la mujer que Dios quiere que seas.
En tanto tráfico es imposible no ceder paso a un sue;o tranquilo y profundo. Se despierta de la nada, mira la ventana para ubicar por donde esta y se da cuenta que está llegando a su primer destino, se incorpora mira a su alrededor y casi siempre cuando pierde la conciencia se pregunta si habrá abierto la boca a lo que se responde  probablemente-.
Correr, correr es lo que define sus días. A penas el bus se estaciona sale a toda carrera a alcanzar la ruta. Sube en unos buses grandísimos en medio de un molote de personas que apresuradas persiguen lo mismo que ella: llegar temprano al trabajo, aunque claro hay algunos que buscan robar.
Adentro en medio de dos filas estira su brazo lo más que puede para agarrarse de un palo, el hombre de atrás le puso el brazo encima del suyo, pero no se anima a decir nada, ha quedado atrapada a medio camino custodiada por 4 mochilas una a cada uno de sus lados, cuanto odia esto, odia la despreocupación de las personas porque el otro se sienta cómodo, pero sobre todo lo que más odia, son los resoplidos, el sentirle el aliento a los demás, eso la fastidia algunas veces hasta el punto de llorar.
El aliento de ese hombre se le quedo instalado en la nariz, aliento a glándulas infectadas, o incluso cualquier aire caliente sin olor que salga de grandes bocanadas de aire, le molesta.
Viajar en rutas se le asemeja a cuando los nazis transportaban gente en trenes para los campos de concentración, obviamente fue muchísimo peor, pero algún parecido tiene
Melinaundia15 de noviembre de 2017

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