En esta orilla el tiempo inexorable
se liga a la vida, de él somos esclavos.
Mirar la luz de cada nuevo día,
sentir la lluvia todos los inviernos,
marcharse con el sol en los ocasos,
dejar que nazcan nuevas amistades
o nuevos amores, aún en el otoño.
Así reinventaremos los instantes
y seremos eternos por momentos
aunque la barca espere preparada
para llevarnos hacia el sueño eterno.