Un ente extraño me dijo que dejara de escribir,
yo le dije que cuando dejará de sentir.
Inquirió que era demasiado general, imposible.
Él respondió que cuando ella me dejará de amar.
Inquirí que eso era demasiado particular, probable.
Decidí ofrecerle el siguiente trato:
Cuando tal imperecedero precio malgaste, en mala hora, y que no posee,
para el reloj de cadena, la arena, que me ata a ambas, de amarla dejaré
al tiempo mismo que escribir
Él acepto confuso, yo no pude hacer mas que sonreír
Que tonto Fue lo siguiente, y último, que osé decirle
????Molina!!!!!
Qu? sorpresa tan buena.
Claro que no debes dejar nunca de escribir.
Me alegro mucho de volver a leerte.
Un abrazo.