En esta soledad de un sábado gris y frío
veo caer las hojas del árbol de mi fé
como pájaros sin alas, despeñandose a la nada
imagino donde estás, que aire respiras
soplo que endulzas en tu interior, cálido y mío
percibo tu aroma, bálsamo de tu esencia de poeta
en aquellas tierras del norte, cruda lejanía
confín que te abriga lejos de mí pero dentro mío...
poeta de la vida y del amor...
tu sensibilidad penetra hasta mi médula
haciendome emerger de mis cenizas...
en ésta soledad de un sábado gris y frío
tu esencia y tus sustancias me alimentan
más allá de las distancias y el hastío
más allá de la propia indiferencia de la vida
más allá de todo y todos,
irradias de sol el álgido glaciar de mi desdicha...
