Me desperté en medio de la noche,
estiré mi brazo, miré
y estaba sola,
en el desconcierto del sueño
te empecé a buscar,
un frío desierto a mi lado
se extendía con aliento a Siberia,
me acordé de dios y el diablo,
divertidos pasados de copas
jugando a los dados,
estábamos juntos,
nos reíamos, me querías,
planeábamos caricias,
pero alguien me despertó de un baldazo,
quien fue no lo sé,
quizás fueron los dos,
ambas caras son de maldad,
una es el deseo,
la otra resignarme a lo que no esta.