Porque todo dolor se diluye en tu presencia,
y en esa ausencia...tu calor dibuja un horizonte,
donde la tierra acaba y el universo empieza.
No somos, sino dos presencias que se aúnan;
dos miradas que implican en la claridad del viento.
Mirando al horizonte
perdemos la constancia del tiempo rutinario,
de la importancia de ser, obligadamente como quieren.
Mirando al horizonte,
somos silencio y calor y brisa dibujando nubes,
corazones enamorados.
Ante mi texto:
Las palabras configuran el equilibrio de esta acuarela. Más allá de un juego estético está el "tema", desarrollándose en forma intimista. El lector presiente una sintonía o un distanciamiento, en ese lógico identificar lo escrito con lo "posiblemente vivido". Un factor emocional subyace detrás del tema: el amor descrito desde la palabra y su fonética.
Es esencial reconocer, que la arquitectura del texto, es un pretexto para crear...Todo lo demás, pertenece a ese otro espacio, donde el lector, recrea lo que el autor muestra. Adentrarse en la "esencialidad del texto" es una forma de diálogo, de búsqueda, de no abandonarse al hecho de degustar "una mini/sinfonía lírica", sino de abandonar pronto la lectura, cuando..."ese estado de no credibilidad" nos conduce a apartarla vista del texto.
