Aquel día descubrió que lo exitaba el sabor a tinta fresca en los labios de la amada. El pobre narrador se percató del ritmo de todo: Un beso (de tinta, de piel... lo importante es que sea labial) es la huella indeleble del deseo, de esas huellas que duran la eternidad que en ocasiones suele ser etérea.
__________La Nínfula del Arcángel
¿Para qué besar entonces si escribiendo se besa? Pero el deseo es mayormente ambigüo que el beso ¿no crees? ...ni empieza, ni acontece, ni culmina... ni se realiza, ni se percata, ni se entiende... ni siquiera es él mismo sino otra cosa, que regularmente suele equivocársele o equiparársele con amor. "No me exista nada..." qué buena frase... malo que no es mía.