Me siento a la sombra de mil años de higuera, cuando la brisa se prende sobre el campo de agua.
Crujen las mieses, cigarras me aturden al compás de timbales, el vestido se adhiere, me estampa de flores, mi libro se cierra y tritura un insecto.
Una hormiga me emboba, hasta que el sopor me provoca visiones de judas con sogas al cuello.
Bajo la higuera que suda leyendas malignas, en mitad de la quinta, un ladrido sin dueño me despierta de pronto.
Me encuentro calada en un campo de trigo.
El vaho de mi boca me explica, agitado, que un cuento nefasto acaba de robarme todos los veranos.
Posees una fantasía creadora al nivel que me atrae, es romper esquemas básicos y trasladarme a literatura innovadora.
... un
cuento nefasto acaba de
robarme todos los veranos. Curioso final, ¿Cuál es ese cuento?
Saludos amiga!